El pasado martes se presentaba en Bilbo este documental antropológico del donostiarra Iban Ayesta Aldanondo, que ha vivido durante casi tres años en una comunidad afrobrasileña como parte de una investigación postdoctoral.

Este poblado se llama Itamatatiua y está situado en el estado de Maranhao, al nordeste del país, que es la zona más pobre. Entre las mujeres, que se dedican a la cerámica local, la cámara se fija en una madre que acoge a una niña desarraigada, entrando a integrarse en esa relación familiar el propio realizador. En torno a dicha convivencia y sus posibilidades, surge una reflexión sobre la recuperación de la infancia abandonada dentro de culturas tribales. Los miembros de Itamatatiua son descendientes de esclavos, gentes que no han perdido el contacto con la naturaleza salvaje.