A pesar de que la obra de Anton Chejov no ha perdido nunca vigencia en los escenarios, hoy estará aún más viva. Este 29 de enero se cumplen 150 años desde que naciera el autor de obras de teatro y relatos breves que se enmarcan en la escuela realista. Los acertados análisis de la sociedad rusa de su tiempo que dejó escritos Chejov han superado el paso de los años.

Nacido en 1860, un año después de que el Zar Alejandro II decretara la emancipación de los siervos dando inicio a la turbulenta historia moderna de Rusia, Chéjov llenó sus obras de personajes desorientados por los cambios. No llegó a vivir la revolución blochevique y el fin del zarismo, ni la evolución de la Unión Soviética y su posterior desintegración, pero aun y todo su obra y sus personajes mantienen rasgos actuales.

Los profesionales del teatro de Rusia no dudan al atribuir la popularidad de la obra de Chéjov a su capacidad para «hacer feliz» a quien lo lee. «Cuando estoy cansado de la vida, recurro a él, como quien va donde el doctor. En vez de recetas, me da sus textos. Cuando los ensayo, me siento bien otra vez», explica Rimas Toumionas, del teatro Vakhtangov de Moscú. Para el director del teatro dramático Maly de San Petersburgo, Lev Dodine, la mayor cualidad es su carácter visionario. «Si se lee atentamente a Chéjov, podemos comprender muchas cosas sobre la sociedad contemporánea».

Sea cual sea la razón de su éxito, la conmemoración de su aniversario traerá varios homenajes. Destaca, sobre todo, la representación de varias de sus obras que se están pudiendo ver en el Festival Chéjov de Moscú, a pesar de que por su carácter bianual no correspondía que se celebrara. El certamen se alargará hasta el día 31 con funciones en Moscú y Yalta. También La Habana acogerá en su Feria del Libro a Rusia como país invitado, lo que deriva en un amplio espacio dedicado a Chéjov. Como celebración curiosa, está la del metro de San Petersburgo, que durante el día de hoy difundirá citas de las diferentes obras que dejó el escritor.