El PP se suma a la oposición al dudar de la viabilidad del contrato social de López
La comparecencia parlamentaria del lehendakari solicitada por PNV y Aralar sirvió ayer para mostrar las carencias de un Gobierno al que su propio socio le pone en duda la viabilidad económica de su propuesta central de «un nuevo contrato social entre vascos». Antonio Basagoiti le preguntó «cómo se va a pagar» todo lo que dice que va a hacer y Patxi López no le ofreció ninguna respuesta salvo la de decir que «si no lo hacemos quizá no lo podamos pagar».
Iñaki IRIONDO |
La comparecencia del lehendakari ante la Diputación Permanente del Parlamento de Gasteiz sirvió ayer para evidenciar los límites de este Gobierno. Gracias al PP tiene la mayoría suficiente para gobernar -Basagoiti le reiteró su confianza en materia de «libertades, ciudadanía, tolerancia y terrorismo»-, pero hasta su propio socio duda de la capacidad para llevar adelante las promesas sociales hechas.
A la sesión de ayer se llegó porque PNV y Aralar consideraron que Patxi López debía dar explicaciones sobre el acto organizado el pasado 14 de enero en Lehendakaritza donde leyó a todos sus altos cargos y asesores, además de a los medios de comunicación, un discurso de hora y media de lo que definió como «un nuevo contrato social entre vascos». Este mismo discurso, con algunas variaciones, fue repetido por López el 16 de enero ante cargos del partido y el 21 de enero ante un auditorio de políticos y empresarios en Madrid.
En una primera intervención para presentar las razones de su solicitud, Aintzane Ezenarro, de Aralar, y Joseba Egibar, del PNV, pidieron al lehendakari, no que repitiera el discurso ya conocido, sino que respondiera a determinadas preguntas sobre el acto y lo dicho, como el porqué del mismo y si los altos cargos de su Gobierno no conocían después de ocho meses cuál era su proyecto. También solicitaron concreciones sobre algunos aspectos sectoriales.
Patxi López explicó que el encuentro del 14 de enero fue una «reunión de trabajo con todos los altos cargos» y consideró que el haberlo hecho con presencia de medios de comunicación «es un acto de buena gobernanza y transparencia». A partir de ahí, pasó a leer un discurso que resumía el que ya había ofrecido en las presentaciones anteriores, en el que incluyó una felicitación a la Ertzaintza por las últimas detenciones y pidió que no se ponga en cuestión «la unidad democrática» discutiendo en esta materia.
Tras el lehendakari llegó el turno de todos los grupos parlamentarios. PNV y Aralar incidieron en las críticas que ya habían realizado desde que solicitaron la comparecencia, con el añadido de denunciar el comentario que hizo Patxi López en Madrid sobre que el cambio había sido tan rápido que la sociedad no lo valoraba, lo que consideraban una burla a la ciudadanía vasca.
López quiso rectificar este punto, explicando ahora que lo que pretendió decir es que en la sociedad actual, en todas las sociedades, todo va tan rápido que a veces no se valora.
Pero el guión previsto empezó a romperse cuando el portavoz de UPyD, partido que apoyó la investidura del Patxi López, inició su intervención con la frase «al principio de todo fue el Euskobarómetro». Para Gorka Maneiro tanto el acto del 14 de enero como el discurso de ayer fue «propaganda política, humo sin contenido». Acusó al lehendakari de tener una práctica «dubitativa y acomplejada», de buscar la aprobación del PNV y de estar faltando a sus promesas sobre todo en materia lingüística, de lo que culpó también al PP. Según UPyD, la sociedad desconfía del Gobierno porque se está desviando, por eso le pidió que cumpla el programa del PSE.
La pregunta del socio
Desde el PP, Antonio Basagoiti le recordó que cuenta con el apoyo de su partido para gobernar y le listó aquellas materias en las que había pleno acuerdo. Pero en el «modelo social» le preguntó «cómo se concreta y cómo lo va a pagar». «Si no se genera riqueza y no se crea trabajo, todo queda en buenas palabras», acusó. Y tras apuntar algunos indicadores económicos negativos, el PP propuso bajar impuestos, atajar el fraude a los servicios sociales (no habló del fiscal) y acometer reformas estructurales en el Estado.
López no respondió a casi ninguna de las preguntas y desde luego no a la formulada por el PP. Se limitó a hacer un juego de palabras para decir que en lugar de preguntar cómo vamos a pagar lo que se va a hacer, hay que ver que «si no lo hacemos no lo podremos pagar». Sobre los impuestos adujo no ser competente, pero dejó entrever que no compartía las recetas del PP.
Por lo visto, el pacto PSE-PP es una sociedad limitada.
Uno de los ejes centrales del discurso de Patxi López está siendo el de que mientras que el nacionalismo vasco busca un choque de identidades, ellos están por un «país abierto» donde puedan convivir los diferentes. Por eso le preguntó Joseba Egibar si creía que la identidad nacional española y la vasca convivían en igualdad de condiciones.
López insistió en que esos son debates del pasado que sólo crean «fractura social», por lo que defendió que en la CAV hay 2,5 millones de identidades, una por cada habitante. Le respondió Egibar que eso «es el censo o el padrón» pero que oficialmente no se admite más identidad nacional que la española. Y si el lehendakari tenía alguna duda sobre su identidad, le invitó a «echar mano de la cartera». Ahí saltó López diciendo que el DNI «podrá marcar mi nacionalidad pero no mi identidad». Risas en la sala.
I. IRIONDO