El ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya, llegó la tarde del miércoles [madrugada de ayer en Euskal Herria] a la República Dominicana, país que ha aceptado acogerle, siete meses después del golpe de Estado y el mismo día de la investidura Porfirio Lobo.

A su llegada a San Isidro, cerca de Santo Domingo, alabó el «gesto de solidaridad» del presidente dominicano, Leonel Fernández, que recibió a Manuel Zelaya con honores militares.

El exilio de Zelaya representa un intento para la distensión del país, ya que el golpe de Estado del 28 de junio desencadenó una crisis política y dejó el país al borde del colapso económico.

Símbolo de la democracia

«El presidente Zelaya es un símbolo de la democracia latinoamericana», afirmó Fernández, quien asistió a la toma de posesión de Lobo antes de ir a por el derrocado presidente a la Embajada de Brasil, donde ha estado «preso durante 129 días».

«La forma en que su Gobierno fue interrumpido y fue desconocida su Constitución representó una afrenta para la República Dominicana y para toda América Latina. Desde República Dominicana condenamos siempre el golpe de Estado», dijo Fernández.

Horas antes y en medio de un gran despliegue de seguridad, Manuel Zelaya se desplazó -junto a su mujer, sus hijas y colaboradores- al aeropuerto de Toncontín, donde unos 10.000 seguidores se habían dado cita para despedirle, según las agencias.