Apenas 1.900 acciones cuantificaron la oposición que lideró Iñaki Badiola mientras que 45.300 mostraron su apoyo a Aperribay
La Junta recupera la normalidad
El 95% de las acciones presentes aprobaron todas las propuestas y mostraron una confianza en el Consejo superior a la esperada.
Joseba ITURRIA
La Junta de Accionistas de la Real Sociedad recuperó la unidad y la normalidad que la ha caracterizado hasta hace poco y demostró su apoyo al Consejo al aprobar sus propuestas 45.000 acciones, el 95% de las presentes en el velódromo de Anoeta. La oposición personificada en Iñaki Badiola se quedó en escasas 1.900 acciones, 500 suyas, tras una larga intervención que apenas levantó aplausos de unos incondicionales. Sólo fue secundado por otros 1.400 títulos.
Más importante que la contundencia de la votación fue su desarrollo con normalidad. Sólo se registró un pequeño incidente al colocar un asistente una camiseta del Athletic en el lugar que ocupaba el vicepresidente Mikel Ubarretxena, por su torpeza de acudir con la expedición del Athletic a Noruega.
No tuvo nada que ver con la celebrada trece meses antes en la elección del nuevo Consejo y confirmó que todo lo que ha sucedido este año ha convencido a la masa accionarial de la Real de que lo mejor es apoyar a su dirección y no a su oposición.
Badiola intentó presentarse ayer como el Robin Hood del pequeño accionista al pedir en su intervención que se «aclare la atomización accionarial» tras asegurar que «cinco familias y un medio controlan una mayoría accionarial». GARA ya explicó el reparto accionarial tras la ampliación y los accionistas pueden consultar el libro en el club para comprobar que tampoco eso es verdad. Añadió que el Consejo «es legal y legítimo, pero antidemocrático» y le pidió que convocara elecciones el 30 de junio. Aperribay le respondió que «tenemos el compromiso de buscar la estabilidad y estaremos en el Consejo hasta que los accionistas quieran».
Y éstos le dieron su apoyo democrático, los pequeños y los grandes. Más de 1.000 pequeños delegaron su voto en el Consejo, 14.265 acciones. Aunque pueda parecer escasa la presencia de 394 accionistas en el velódromo, otros 1.935 quisieron participar con sus delegaciones, hasta totalizar un 36,38% del capital social. Para ser una Junta Ordinaria la respuesta fue alta.
Además de Badiola, que fue el único que cuestionó al Consejo, sólo hubo otros tres accionistas que quisieron intervenir, entre ellos Boni Aldaia, con su aportación anual en otra vuelta a lo que ha sido la normalidad en las Juntas realistas. Luego se votó y todos aceptaron la votación.
Los resultados sorprendieron hasta a personas cercanas al Consejo, que no pensaban que iban a llegar a las 40.000 acciones y temían que la oposición reuniera 10.000. La Junta demostró que sus accionistas quieren que este club esté unido y alcance la estabilidad de la que habla siempre Aperribay y que Badiola desde hoy sea un accionista más que cada año podrá tener su momento de gloria en una Junta como cualquier otro.
Un presidente agradecido
Jokin Aperribay mostró su agradecimiento «a las personas que han participado y han dicho que quiere que se busque una estabilidad en el club. Queda mucho para encontrarla y es un gran apoyo para continuar trabajando y buscar la estabilidad económica, social y deportiva».
Cuando le recordaron las diferencias con la Junta anterior, señaló que aquella «no fue la representación de la Real. Hay que estar orgullosos porque la Junta ha mostrado lo que siempre ha sido en la historia, una afición muy unida al club, que lo respeta mucho, muy humilde por fuera y orgullosa por dentro. Y por eso hay que pelear por devolver al equipo y a la institución a la categoría que merece. Porque siempre pensamos que los resultados deportivos son el desencadenante de todo, pero son la consecuencia de algo y mientras más unidad haya y le lleguen estos mensajes, mejores serán los resultados».
«Siempre pensamos que los resultados deportivos son el detonante de todo, pero son la consecuencia de algo y mientras más unidad haya, mejores serán los resultados. Por eso hay que pelear para devolver al equipo y a la institución a donde merece».
Iñaki Badiola no explicó las cuestiones denunciadas en la demanda de los administradores concursales que detalló GARA el pasado domingo y en la que solicitan la anulación de los dos escritos que presentó como contrato de préstamos entre Lighthouse y la Real, uno de ellos sin que ningún dinero entrara al club y sin que el supuesto receptor de ese dinero lo justificara a petición de los demandantes. También se pedía la anulación de facturas que Badiola ordenó emitir cuatro o seis veces para pasar de deber a la Real más de un millón a reclamarle 2.234.000 euros.
Fue el primero en levantarse para intervenir, pero un accionista se adelantó para preguntar por esta demanda. Tras la explicación del asesor jurídico del Consejo, Badiola respondió que «no cometimos ninguna irregularidad a diferencia de lo que nos encontramos. De cada gasto que incurrimos pedimos una factura por el importe total y por el concepto y otra factura de abono para que fiscalmente no tuviera impacto en el club y para que los accionistas pudieran trazar los gastos incurridos porque no nos fiábamos ni del gerente ni del director administrativo. Estamos a lo que decida el juez». Señaló que la demanda respondía a «nuestro enfrentamiento con la administración concursal porque no nos atuvimos a tapar lo que demostramos que existía».
Antes a la mañana había escrito que ordenó facturas a Lekim en «un intento de sacar a Lighthouse del acoso mediático al que era sometida dicha empresa a diario» y que «a juicio de los Administradores concursales los derechos de Alberto Morgado y Xabier Prieto son propiedad de Lighthouse. Esto no es cierto». Obviamente lo que no es cierto es que en ningún apartado de la demanda se diga que los derechos de Xabi Prieto son suyos, como bien le recordó Jokin Aperribay. Mucho más deberá esmerarse en su respuesta ante el juez Malagón porque la demanda no le deja en una buena situación.
Joseba ITURRIA
