El «informe policial» que UPN y «Diario de Navarra» utilizaron para acusar a Ikasle Abertzaleak de haber cometido una treintena de «actos vandálicos» en la UPNA es falso. En realidad, se trata de notas que elaboran regularmente los vigilantes de seguridad de este centro, según se confirmó ayer.

No obstante, Miguel Sanz restó importancia a la falsificación difundida por el citado rotativo y declaró que «lo importante» no es la fuente del informe, sino si los hechos atribuidos a Ikasle Abertzaleak son o no ciertos.

Tras la entrega del Premio Empresario del Año, el presidente del Gobierno de Nafarroa hizo declaraciones en relación con el asunto de la UPNA. «Lo trascendental de este informe, del que hemos tenido conocimiento por los medios de comunicación, no es saber cuál es la fuente del mismo, sino si esos hechos graves se corresponden con la realidad», declaró Sanz.

A pesar de que ha quedado en evidencia la inexistencia del citado informe «policial», el presidente del Ejecutivo aseguró que la «única evidencia» es que ni el rectorado de la UPNA, ni Ikasle Abertzaleak o Grupo Universitario «no han dicho que no son ciertos los graves hechos que ahí se han producido».

«Instrumento contra UPN»

Respecto a las críticas recibidas por su partido por este asunto, Miguel Sanz subrayó que «quienes utilizan a la Universidad como instrumento político para ir en contra de UPN y del Gobierno de Navarra tropezarán con la cruda y la fría realidad de los hechos».

En este sentido, indicó que UPN cuenta con 22 votos en el Parlamento y «es el partido que más apoya» a la UPNA.

Por su parte, la izquierda abertzale considera que «UPN y sus juventudes retrógradas, de la mano de Grupo Universitario, no cejan en su empeño por convertir la UPNA en una maquinaria eficaz de desideologización a los servicios de la derecha».

«En Euskal Herria la derecha redobla esfuerzos en su intento de uniformizar y desmovilizar. UPN y PP son conscientes de las posibilidades de cambio existentes en Nafarroa y están nerviosos. Son los que mejor han comprendido que el cambio político y social en nuestro territorio necesita de mentalidades críticas e inconformistas. La derecha conservadora y ultracatólica -añade la izquierda abertzale- prefiere el modelo del Opus Dei. El modelo del aborregamiento y la represión».