Lo asumía el propio Tsonga en su comparecencia después del partido. El francés, resignado, comentaba que cuando Federer exhibe su mejor tenis es prácticamente imposible superarle.

El suizo no necesitó ni siquiera hora y media -88 minutos- para meterse en su vigésimo segunda final de un Grand Slam, con un contundente 6-2, 6-3 y 6-2 que lo dice todo.

En el partido por el título le espera el escocés Andy Murray, que gozará de una jornada más de descanso pero que no tuvo una semifinal tan plácida. Lo comido por lo servido.

Si gana será su cuarto Open de Australia, igualando la marca de Andre Agassi, Jack Crawford y Ken Rosewall. Lejos queda aún Roy Emerson, que tiene seis trofeos. Aunque el suizo parte como favorito, no se debe olvidar que Murray le vence 6 a 4 en sus choques directos.

El doble, para las Williams

La voracidad de las hermanas Williams no conoce límites. Venus y Serena -que esta mañana juega la final individual- se hicieron con el título de dobles al derrotar a la pareja número uno del circuito, formada por la zimbabue Cara Black y la estadounidense Liezel Huber, por 6-4 y 6-3.

Es el cuarto título de dobles que ganan en Australia y su undécimo Grand Slam formando pareja.