GARA > Idatzia > Iritzia> Txokotik

Martin Garitano Periodista

La mordaza y la mirada

La velocidad con que discurren los acontecimientos políticos en Euskal Herria es tan vertiginosa que a veces nos hace perder la perspectiva de los hechos. Sucede con frecuencia en todo lo que corresponde a la izquierda abertzale. Detienen a tanta gente, los encarcelan, los ponen en libertad para volverlos a encarcelar, los procesan, absuelven o condenan, trasladan... que resulta ciertamente difícil recordar cuál es la situación presente de cada persona y por qué está en libertad, encarcelada en régimen de prisión provisional, condenada, en libertad condicional o en libertad provisional a la espera de otro juicio-trampa

Me ha sucedido con Pernando Barrena. A su salida de la cárcel tuve que recurrir a la hemeroteca para recordar el porqué de su última detención: lo arrestaron y encarcelaron tras anunciar que difundiría por pueblos y barrios de Euskal Herria los contenidos de las conversaciones de Loiola entre la izquierda abertzale, el PSE y el PNV. Por eso -y sólo por eso- lo han mantenido dos años en prisión, le han esquilmado 50.000 euros (algún día habrá que hablar de la nada sutil operación de rapiña económica contra las gentes del independentismo vasco) y le han puesto en una curiosa suerte de libertad sin derechos. Será para que no hable de lo tratado en aquellas conversaciones que nos pusieron a las puertas de un verdadero proceso de normalización política.

La pregunta es obligada: ¿Por qué no quieren que se conozca la versión de la izquierda abertzale sobre lo tratado en el santuario guipuzcoano? ¿Por qué prohíben a Pernando Barrena abrir la boca si no quiere ser nuevamente engrilletado? ¿Qué punto de proximidad al acuerdo se alcanzó? ¿Hasta dónde llegaron los representantes del PSE en orden al reconocimiento de los derechos del pueblo vasco? ¿Cómo se explicó el incomprensible alineamiento jelkide con quienes negaron en última instancia el derecho a decidir de los vascos? ¿Cuándo se percataron los de Eguiguren que habían ido demasiado lejos?

Éstas y otras muchas preguntas resultan inevitables.

Pero en esta democracia a la española el precio por hablar es demasiado caro. Como en el franquismo, hablar y reunirse para hacer política se paga con la cárcel. No hay espacio para manifestar la solidaridad con los presos y sólo los partidos que tienen el beneplácito del régimen pueden actuar a la luz del día. Para el resto, el silencio y la noche. Pero Barrena, aunque tenga que callar, sabe que con sólo mirarle a los ojos sabremos que tiene razón.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo