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CRÓNICA Manifestación en Berriozar

La ausencia de Barrena hace visualizar la merma de los derechos políticos

Varias cadenas de televisión acudieron ayer a Berriozar con intención de filmar a Pernando Barrena en la manifestación a favor de los derechos políticos. Pero Barrena no participó. Y no lo hizo porque un juez español se lo prohíbe, lo cual no hace sino corroborar que el lema de la convocatoria, «Eskubide politikoen alde», es todavía una exigencia necesaria.

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Iñaki VIGOR

Las manifestaciones a favor de los derechos políticos eran habituales en los últimos años del franquismo y durante la denominada «transición democrática». A pesar de que han transcurrido varias décadas, en Euskal Herria siguen realizándose movilizaciones con ese mismo objetivo, tal como se vio ayer en las calles de Berriozar.

Un vecino de esta localidad, Pernando Barrena, salió en libertad el pasado jueves tras haber permanecido dos años en prisión por una charla que dio, en un hotel de Iruñea, para explicar el contenido de las conversaciones de Loiola.

Pocos días antes, sus familiares y amigos habían convocado una manifestación para exigir su libertad y reclamar el respeto a los derechos políticos más elementales. Con el ex mahaikide ya en la calle, después de tener que hacer frente a una fianza de 50.000 euros, no sólo no se suspendió la convocatoria, sino que adquirió mayor significado.

«Pernando sigue pendiente de juicio por sus ideas políticas y nosotros nos ratificamos con más fuerza en el lema de la manifestación a favor de los derechos políticos, ésos que le han sido negados en el auto de libertad condicional», explicaron.

El pago de un rescate

La manifestación se inició a las 12.45 en Eguzki Enparantza, con la Guardia Civil vigilando a tan sólo un centenar de metros. Al frente de la marcha figuraba una pancarta con el lema «Eskubide politikoen alde» y una de las personas que la sostenían era el padre de Pernando Barrena.

Entre ikurriñas, banderas de Nafarroa y banderolas con el lema «Euskal presoak eta iheslariak etxera», unos 400 manifestantes recorrieron durante media hora las calles de Berriozar entre gritos de «Independentzia» y «Presoak kalera, amnistia osoa», principalmente.

Una vez en la Plaza Donantes de Navarra, tomaron la palabra Pablo Bujedo, amigo de Pernando Barrena, y un hermano de éste, Carlos, quienes explicaron el sentido de la movilización. Aunque señalaron que es motivo de celebración el hecho de que haya quedado en libertad, precisaron que «no le han puesto en la calle sin más», sino que ha tenido que pagar una elevada fianza. «Es el precio que nos hacen pagar por estar en libertad, es decir, el pago del rescate por un secuestro. Parece ser que han aprendido bien el funcionamiento de la piratería», dijeron.

También explicaron, aunque para entonces ya todos lo sabían, que un juez español ha prohibido expresamente a Pernando Barrena participar en actos, movilizaciones y actividades políticas que tengan que ver con el «delito» por el que está imputado. Y este «delito» es, según recordaron, haber desarrollada la actividad política en la izquierda abertzale.

«Por lo tanto, antes de haber ido a juicio ya tenemos a Pernando sin poder ejercer actividad política alguna, sin poder ejercer los derechos que, supuestamente, le corresponden. ¿No lo recoge así la Constitución española?», se preguntaron con un punto de ironía. Y la respuesta la dieron ellos mismos: «Nosotros no creemos en dicha Constitución, pero son los mismos jueces españoles quienes demuestran que es papel mojado, que lo que dice no es cierto y no se cumple, no sirve para nada. Pernando Barrena, como toda la izquierda abertzale y como toda persona que pretenda la independencia de este pueblo, tiene sus derechos políticos y civiles mermados, cercenados, en cuarentena y sin posibilidad de ser ejercidos».

Auguraron que «políticos españoles, tertulianos varios y demás personajillos» aprovecharán la puesta en libertad de Barrena para decir que la Justicia funciona. «Pues es mentira -añadieron-. Si la Justicia funcionase, Pernando no habría ido a la cárcel; ningún compañero suyo estaría ahora en la cárcel; no habría ningún preso político en las cárceles españolas y francesas, porque este pueblo sería libre hace tiempo».

Tras denunciar que la Justicia española «sigue acosando y castigando a la disidencia vasca», comentaron que «ni cuando todos los presos salgan a la calle, que saldrán, tendremos nada que agradecer a los tribunales».

Una vez terminado el acto, numerosas personas pudieron saludar a Pernando Barrena en una sociedad de Berriozar. La Justicia española no lo incluye en sus prohibiciones. Todavía.

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