En tiempos de crisis no conviene alardear de abundancia y beneficios económicos. Es incorrecto. Esta tesis está siempre presente entre los ejecutivos de las compañías. Está mal visto que mientras el paro crece, y en Hego Euskal Herria afecta a más de 180.000 personas -más del doble que hace dos años-, un puñado de directivos de cajas y bancos reconozcan unos beneficios económicos muy abultados. Eso va unido a unos salarios de escándalo, mientras los presidentes de esos bancos se dedican a impartir doctrina para que los salarios de los trabajadores se reduzcan o se amplíen los años necesarios para tener derecho a una pensión después de estar cotizando 35 años a la Seguridad Social.

La gran banca española (Santander, BBVA, La Caixa, Banco Popular, Banco Sabadell y Bankinter) logró un beneficio conjunto de 17.456 millones, un 3,68% menos que el año pasado, pero destinaron a provisiones otros casi 14.000 millones para, en teoría, hacer frente a las posibles consecuencias de la crisis económica. Sin embargo, en este caso se trata de una manera de camuflar unos beneficios astronómicos. Así, BBVA ha logrado 5.260 millones de euros en beneficios netos, pero se ha provisionado con 6.572 millones. El banco Santander alcanzó un beneficio de 8.943 millones, pero ha destinado otros 2.587 millones a provisiones. La Caixa cerró 2009 con un beneficio de 1.710 millones, pero con una provisión de 2.921 millones. Esas cantidades son todas ellas parte del margen neto que han obtenido, es decir el beneficio por su negocio que ha crecido de forma desmesurada en tiempos de crisis, mientras miles de trabajadores vascos han sufrido expedientes de regulación de empleo y, lo que es peor, aparecer en las listas de paro.

Las principales cajas vasca, a la espera de conocer los resultados de Caja de Ahorros de Navarra (CAN), lograron en 2009 un beneficio conjunto de 529,3 millones entre Caja Vital, BBK, Kutxa, Caja Laboral e Ipar Kutxa. Es un 16,21% menos que el año pasado, pero sin embargo han destinado a provisiones más de 632 millones. En este caso se desconoce lo que ha destinado Kutxa, porque no lo ha publicado en los resultados, lo que muestra la opacidad existente en esa entidad financiera. Es decir, el margen de la actividad financiera suponen unas cifras que se acercan al récord, también en época de crisis.

Los grandes bancos españoles han conseguido una rentabilidad económica mayor en 2009 que en años anteriores. Son múltiples las razones de esa evolución positiva, pero la fundamental se encuentra en que han tenido a su disposición mucho dinero a precios muy barato procedente de actuaciones del Banco Central Europeo, pero también por parte de las ayudas que han recibido desde la Administración española. Según los datos que ha remitido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a la Comisión Europea, 54 entidades captaron una financiación de 19.341 millones a través del Fondo de Adquisición de Activos.

Los avales del estado español a las emisiones de deuda de entidades de crédito dio cobertura en 2009 a casi 150 emisiones de bonos y pagarés de 41 entidades por un valor de 48.000 millones. En este caso, la Comisión Europea ha prorrogado el esquema adoptado por el Gobierno español hasta el 30 de junio de 2010, con lo que llegará más dinero barato al sistema financiero privado. En la parte final de 2008 y 2009 el ICO expandió su actividad de intermediación financiera, y su activo pasó de 40.,000 millones de euros a finales de 2007 a más de 60.000 millones en la actualidad «financiando -como indica el informe del Gobierno español- un porcentaje muy significativo de las nuevas operaciones de crédito realizadas por las entidades financieras.

A todos estos fondos de dinero barato para cajas y bancos, hay que añadir el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que cuenta con 30.000 millones prorrogable spor otros 50.000 millones para atender las necesidades de cajas y bvancos. Esa lluvia de liquidez que ha llegado a los bancos, no repercutió de la misma manera entre los clientes. Así, cajas y bancos han vendido el dinero al triple de su valor a sus clientes.

La realidad demuestra que mientras un 13,2% de la población activa vasca ha ingresado en el desempleo y sin perspectivas, las entidades financieras se están forrando.