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IBILIZ IBILI Antxon Iturriza

Orkatzategi y el asombro de Aitzulo, circuito en torno al valle de Araotz

Cuando, tras dejar la carretera de Arantzazu, comience a descender hacia la profundidad del barranco de Jaturabe, el viajero sentirá que se aleja de la estela urbana y penetra en un recóndito mundo rural. Primero, el anuncio del desvío hacia las cavernas de Arrikrutz le traerá el mensaje de nuestros más lejanos antepasados. Poco más adelante, el arranque del acceso a la ermita troglodita de San Elías, testimonio de creencias ancestrales, reforzará esa sensación de viaje al pasado. Como contraste, por las paredes que cierran esta fortaleza natural podrá ver trepando a los escaladores de última generación.

Rodeado de este clima de encuentro entre mundos el visitante llegará a Araotz de donde partíamos en la excursión propuesta en MENDIA el pasado 11 de enero y que será también el inicio de nuestra propuesta de hoy.

Al igual que en el anterior itinerario, arrancaremos por la carretera que asciende hasta el caserío Aizkorbe goikoa, donde acaba el asfalto. Tras seguir unos metros por la pista que se abre a la izquierda se llega a un indicador. Al contrario de nuestra excursión anterior, en esta ocasión escogeremos la opción de la derecha, que nos dirige hacia la ermita de Santikrutz por un sendero que, tras cruzar una langa, desemboca en un camino ancho. Por él ascendemos a través del bosque hasta alcanzar en terreno despejado el collado de Zelaiaundi lepoa (715 m) (35 min). En este punto se podría enlazar este itinerario antes citado y completar una espléndida travesía de más de seis horas de duración.

Sólo un corto desnivel nos separa del altozano sobre el que se asienta la ermita de Santikrutz, que ofrece un lugar ideal para hacer una pausa y contemplar el impresionante paisaje que domina.

En el valle, los caseríos del valle de Araotz se arraciman en varios barrios. En el más inmediato se encuentra el caserío Agerre, en el que probablemente nació aquel personaje transgresor, controvertido e irrepetible que fue Lope de Agirre.

Hacia la cumbre de Aitzulo

De nuevo en el collado, nos encaminamos por la pista de la derecha siguiendo la señal de Araotza, en dirección NNE. Mientras nos aproximamos a la cabeza rocosa de Orkatzategi, nuestra ruta pasa sucesivamente frente a los túmulos de Linatza, Urtao y Urtapolueta. Aquí abandonamos la pista, que inicia su descenso hacia el collado de Urrexola, para tomar un sendero que festonea un bosquete de pinos. Al final del mismo, de nuevo entre herbales, confluye por la izquierda una senda que, ganando altura, enfila directamente hacia la cumbre de Orkatzategi (874 m) (1,05 h).

Desde esta cima la vista se precipita bruscamente por una muralla de roca caliza para terminar recalando en el ojo azulado del pantano de Urkullu. Es la referencia central de un paisaje dilatado que se expande hasta las laderas piramidales de Anboto.

Descendemos de nuevo por la senda que nos ha traído a la cima hasta entroncar con la encrucijada del camino que traíamos. Proseguiremos por él hacia el SO para evitar los incómodos laberintos rocosos que festonean la cresta. Tras un corto descenso llegamos al pequeño pantano de Aitzgain, junto al que se encuentra el túmulo del mismo nombre (740 m) (1,20 h).

Cruzando el amplio herbal que rodea al pantano avanzamos en dirección SO siguiendo un ancho sendero que se abre camino entre los brezales iniciando un suave descenso. Así avistaremos a la izquierda un pequeño bosque de pinos, que el sendero va a bordear por encima del mismo. Poco más adelante y tras cruzar bajo un pequeño arco de piedra estaremos en el umbral de ese paraje sorprendente que es el túnel natural de Aitzulo (660 m) (1,35 h).

Aitzulo constituye un capricho de la geología y uno de esos lugares mágicos y singulares de la geografía vasca. Una sucesión de arcadas abiertas en la roca caliza se resuelven en una ventana gigantesca abierta sobre la profundidad del valle.

A la salida de esta catedral natural, que merece degustarse con tranquilidad, el sendero, balizado con marcas blancas y amarillas, prosigue entre los herbales, desciende hacia una borda y deja a la derecha un pinar. Poco más abajo desemboca en los primeros grupos de caseríos (2,00 h).

Descendemos por la pista asfaltada hasta una cerrada curva protegida por un guardarail. Junto a él arranca un pequeño sendero que asciende unos pocos metros y comienza después a perder altura en paralelo a un muro de piedra. Frente a nosotros queda la mancha oscura de un pinar hacia la que nos dirigimos. El sendero desciende hasta una erreka que se cruza sobre un antiguo puente de piedra (2,10 h). Al otro lado viramos a la izquierda para desembocar poco más adelante en la carretera hacia Araotz. Unos minutos por el asfalto nos situarán entre unos caseríos desde los que arranca un pendiente camino cementado que nos devuelve a la plaza junto a la iglesia (2,25 m).

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