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«Tuvo la mano izquierda de no ir a degüello contra los colonizados navarros»

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Pedro Esarte

HISTORIADOR

El historiador baztanés Pedro Esarte Muniain (Elizondo, 1936) sigue ahondando en la historia de nuestros antepasados y descubriendo la otra cara de la historia «oficial». Acaba de publicar su último libro «Juan Rena, clave en la conquista de Navarra (1512-1538)».

Ane ARRUTI | BILBO

El veneciano Juan Rena fue un obispo de Iruñea, proveedor de Fernando de Aragón y de Carlos I y prestamista de Fonseca cuando éste penetró en Nafarroa para evitar el primer intento de recuperación de la independencia en 1512. El historiador Pedro Esarte desgrana todos los secretos de este personaje en «Juan Rena, clave en la conquista de Navarra (1512-1538)», editado por Pamiela.

Lo define como el artífice de todos los movimientos económicos del Ejército ocupante de Nafarroa. Pero, ¿quién fue Juan Rena?

Este hombre, que podría ser el Rasputín de Castilla-Navarra o España-Navarra, que es prácticamente igual, fue el cerebro gris de toda la conquista. Este hombre preparaba ya en 1521 la vuelta a Navarra cuando todavía las tropas estaban huyendo de aquí ante el empuje de la sublevación que había habido. Es un personaje que se hace fiel a sus patronos, los reyes Fernando Católico como su nieto Carlos I, porque, siendo él extranjero, ve que su margen de medrar es a base de cumplir con ellos. En esa fase, destaca su labor diplomática sagaz, que hace que pueda mantener esa distancia no frontal como la del militar con el colonizado, sino la del que suaviza la relación. Es el hombre intermedio, que mantiene la cuestión de servir a su jefe, pero manteniendo una distancia de arreglos con el invadido.

¿Qué influencia tuvo en la toma de decisiones?

Manejó los hilos, fue profesional desde el principio. Cuando aterrizó en África en 1504, ya le hicieron capellán de la reina Isabel. Jerárquicamente, eran superiores el rey o el Consejo Real. Pero este hombre, que se hace partícipe de la Cámara de Comptos, es decir, de la administración de la Hacienda, dirige sin que asista a ninguna de las sesiones. Se ve su mano, se legisla con la ideología que marca Rena. Aparte de eso, se ve que el Consejo Real y el virrey, nunca le dieron una orden, sino a la inversa. A través del dinero que manejaba, es a él a quien se somete el virrey. No directamente, no hay ninguna sumisión escrita. Pero él cubre las necesidades del virrey y éste, para hacer una jornada militar, se supedita a la potencialidad económica de Rena. Sabe estar en todos los sitios y es el personaje, por ejemplo, que yo juzgo como el responsable de la muerte del capitán de Vélaz de Medrano del castillo de Amaiur. Por encima de la promesa del virrey de conservar la vida a los que se rindieran, fue muerto sin que transcendiera el causante de la muerte. Él es el único intermediario que puede actuar por encima del virrey.

En 1512 tiene una amante, con la que tendrá dos hijas. Una se casa con el hijo de un militar. La otra hija se casa con un Arbizu, hijo de uno de los notarios de la corte, con lo cual, había penetrado en las familias navarras. Podía tener una relación no frontal como podía ser la de un militar. La de él era una labor oscura. A través de una convivencia, impone la colonización.

A pesar de sus maquiavélicas decisiones, asegura que no han quedado constancia de protestas.

Eso se debe a su faceta diplomática. Por ejemplo, la catedral de Pamplona la sigue gobernando un Remiro de Goñi, que era de los independentistas. Este hombre en 1521 tuvo que escapar, pero alguien procuró por él para que siguiera regiendo en la catedral. Sancho de Yesa, que tuvo que exiliarse, su mujer mantuvo la mitad de sus derechos. Es decir, tuvo la mano izquierda de no ir a degüello contra todos. Lo que hizo es evitar que le dieran protestas los colonizados. A fin de cuentas, la imperiosa necesidad de conservar la tercera o cuarta parte, te obliga a no tirar contra quien te ha mediado. Era él quien hacía, pero se presentaba como mediador. Es un maquiavélico Rasputín, gobierna a la sombra. Tenía una capacidad bárbara para situarse en distintas situaciones. Fue castigado incluso por el propio clero, por excederse en sus potestades. Siempre lo mantienen como vicario pero va manejando todo y haciéndose con derechos de propiedades de iglesias, capellanías...

Dice que pasó a ser uno de los servidores de la monarquía más olvidados.

Fernando Católico se valió de marcar a los castellanos y aragoneses en los cargos públicos. Rena era de Venecia. Su propio origen no le facilitaba tener acceso a los cargos que llegaban directamente desde el rey y éste se valía, precisamente, de que su ambición era el ostentamiento de cargos, para mantenerlo alejado de ellos. El dinero que sacaba Rena de los cargos públicos lo volvía a reinvertir. Era el personaje ideal para mantenerlo en la órbita de recibir las gracias y de mantenerlo en la esperanza de nuevos cargos. No le daban lo que quería, que era el obispado de Pamplona, porque le servía mucho mejor al emperador en otros puestos.

Lo llevan para avituallar las armadas que partirán para Italia, para la conquista del norte de África. Teniéndole en este servicio, es como mejor le está rindiendo. El ascenso seguramente le vendría gordo, porque una cosa era manejar al virreinato y otra manejar al rey. Consigue el obispado de León más otro que tenía en Italia, y de ahí pasa al de Pamplona. Por mucho que mandara en el Consejo Real, eran ellos quienes tenían los títulos y eran castellanos. Lo mismo ocurre con los virreyes. El programa de un virrey era seguir manteniendo los cargos y ascensos. El que estaba un poco apagado era Rena.

Toda la historia posterior, no se escribe sobre el veneciano que conquista Navarra. Se hace sobre los castellanos que gobiernan Navarra. Todos son ególatras. Lo que ocurre también es que al fallecimiento de Rena, se le someten una serie de juicios preparados. Las deudas que le debían los reyes, el rey los reclama inversamente. El ejemplo de cómo funciona la justicia lo tenemos continuamente, no sólo en el s.XVI, también en el presente.

«El Gobierno navarro lo presenta como pagador del Reino de Navarra y no como pagador del Ejército invasor»

El libro lleva una dedicatoria peculiar. Se lo ha dedicado al «Gobierno oficial de Navarra».

Es la sucursal de Madrid y todos los pronunciamientos que hace van en una ideología más ultra incluso que el PP. Va marcando el ritmo con la Iglesia y con la Universidad de Navarra. Es la extremísima derecha.

El trabajo toma especial relevancia porque se puede decir que se ha adelantado a un encargo que ha realizado el consejero navarro de Cultura, Juan Ramón Corpas.

Como aparece en el prólogo del libro, Corpas, con motivo del 500 aniversario de la conquista de Navarra, ha ordenado entregar 27.840 euros al Departamento de Historia de la imperial Universidad de Alcalá de Henares para que allí, bajo la supervisión de Alfredo Floristán, catedrático de la universidad, realicen un libro sobre Rena, en base a la documentación que está en el Archivo de Pamplona. Lo titulan «Juan Rena, pagador del Reino de Navarra 1512-1538». Ya no lo presentan como pagador del Ejército invasor, sino como pagador del Reino de Navarra. La importancia de mi libro es terrible porque desmiente lo que ya están preparando. En este aspecto van a tener problemas. El choque es bestial, porque la documentación no está allí, la mayor parte está en Navarra. Rena, quería vivir su vejez aquí aunque no pudo llegar por enfermedades. Se había valido siempre de una documentación importanísima. Hoy en día, no hay acceso en el Archivo de Navarra a los papeles de Rena. Este hombre se hizo con una documentación bárbara y en toda esa documentación la conservó en Navarra. Y va y resulta que lo mandan a Alcalá para que se haga un libro. Los papeles de Rena en Navarra no se pueden consultar porque están en reordenación desde hace un año. Es decir, los papeles no se han tocado en un año a expensas de que, sencillamente, los monopolice la persona que destinen ellos. Está adjudicado desde julio del año pasado, y todavía no se sabe a qué persona se lo han adjudicado. Se oculta lo que ocurrió realmente para favorecer la visión castellana de la conquista. Es resaltable con qué malicia obran en todo.

A. A.

decisiones

«Dirigió la Cámara de Comptos sin que asistiera a ninguna de las sesiones. Es a él a quien se somete el virrey, quien se supedita al potencial económico de Rena»

convivencia

«Tuvo una amante y dos hijas. Una se casa con el hijo de un militar y la otra con el hijo de un notario de la Corte. A través de la convivencia impone la colonización»

Ficha

Dirección: Martin Scorsese.

Guión: Laeta Kalogridis.

Fotografía: Robert Richardson.

Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Michelle Williams, Emily Mortimer.

País: EEUU, 2009.

Duración: 138 m.

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