Los trabajos de las escuelas de teatro empiezan a mostrarse en formatos y propuestas que deben considerarse por encima de un simple taller de fin de estudios. La BAI ofrece una versi�n libre de �La Casa de Bernarda Alba� de Garc�a Lorca en la que hallamos tres planos para efectuar el an�lisis. Por un lado, el trabajo dramat�rgico, la versi�n, la selecci�n de textos, el meter la mano sin complejos en la propia estructura para sintetizar y darle otro vuelo. Lorca es un cl�sico que aguanta estas experimentaciones.

El segundo plano es la puesta en escena, muy en complicidad con la versi�n, busca por elevaci�n trasladar el drama cerrado, absorbente a otra dimensi�n est�tica, en donde no solamente las palabras tengan preponderancia, sino que el gesto, el movimiento esc�nico, los mismo elementos escenogr�ficos le van dando una personalidad muy especial.

Y el tercer nivel es la concreci�n de todo ello, el momento de la verdad, cuando las j�venes actrices deben convertir la teor�a en praxis, y ah�, por l�gica, se enmara�a, los desniveles aparecen, las precipitaciones, la biso�ez. Est� el equipo actoral al servicio de la idea, pero les falta aportar ese plus org�nico, esos matices para que el conjunto tenga un valor superior. Cada uno responde a los est�mulos, y en momentos se consigue que los tres niveles se plasmen coherente y conjuntamente. La iluminaci�n, vestuario, m�sica en directo, acompa�an perfectamente para lograr la unidad que apunta muy buenas maneras y que est� llamando con urgencia a los escenarios para que se vea este trabajo, suficientemente interesante para ser programado.