No hubo sorpresas en la Copa del Mundo de esquí, donde la norteamericana Lindsey Vonn, en la modalidad femenina, se impuso por tercer año consecutivo, mientras el suizo Carlos Janka reverdeció viejos laureles para su país, al imponerse con claridad a sus rivales.

La de Minnesota impuso su «tiranía» deportiva tras vencer en el supergigante de las pistas de Garmisch Partenkirchen, con suspense incluido, después de que se cayera en la primera manga del gigante. Vonn pudo con la presión a la que le sometió la alemana Maria Riesch y, con un tiempo de 1:19.30, completó un año de ensueño tras cosechar un oro olímpico y también la Copa del Mundo de descenso.

La germana únicamente pudo ser cuarta (1:19.89), mientras que la austriaca Elisabeth Goergi (1:19.46), a 16 centésimas de la ganadora, quedó segunda y la suiza Nadia Styger (1:19.87) acabó en tercera posición.

Un suizo, 18 años después

Mejor rendimiento tuvo su compatriota, Carlo Janka, quien devolvió la gloria al estado helvético después de 18 años en que ningún esquiador suizo consiguiera alzarse con el Globo de Cristal. El último en hacerlo fue Paul Accola en 1992.

Janka fraguó su triunfo en la insultante superioridad que protagonizó en la prueba del gigante. El margen fue tan amplio en la primera manga que ni siquiera ser octavo en la segunda le privó del triunfo. El esquiador suizo marcó un tiempo de 2:20.87 frente a los 2:21.18 del transalpino Davide Simoncelli.

A su título de ganador de la Copa del Mundo, Janka, de 24 años, suma el oro olímpico en el gigante de Vancouver.