Los trabajadores de una fábrica de moquetas para coches al norte de París que llevaban dos días encerrados en la planta donde amagaban con hacer explotar una cisterna de gas, abandonaron ayer su amenaza tras llegar a un acuerdo de método con la dirección sobre las indemnizaciones que recibirán cuando cierre la empresa. Los sindicatos han denunciado que la empresa sólo quiere pagar el mínimo legal a los trabajadores que van a perder su empleo, después de haber recibido 55 millones de ayuda gubernamental en el plan de ayuda al sector automovilístico. La prefectura anunció ayer que el grupo de unos 40 asalariados accedió a no hacer explotar la fábrica a cambio de garantías sobre el correcto desarrollo de las negociaciones.