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Primer Aberri Eguna de una nueva era

El ex alcalde de Donostia Ramón Labaien recordaba ayer en Irun una triste realidad: el Aberri Eguna nació como el día de la patria de los vascos pero la historia muestra que casi ha terminado convertido en una festividad meramente partidista, cuando no de abierto enfrentamiento. El caso de Euskal Herria no es único ni mucho menos; en todas las naciones que en circunstancias muy difíciles luchan por convertirse en Estado -o simplemente por sobrevivir- han existido o existen todavía este tipo de enfrentamientos internos. Pero también es innegable que los pueblos que han llegado a conseguir sus objetivos lo han hecho después de aparcar estas tensiones y crear fórmulas de colaboración en torno a unos mínimos bien definidos. Y que muchas veces esas unidades de acción han terminado por convertirse en fuerzas arrolladoras.

Es esta perspectiva la que da un valor especial al Aberri Eguna unitario celebrado ayer entre Irun y Hendaia. Tanto el nivel de participación -quebrando el progresivo languidecimiento de los últimos años- como el sentimiento de ilusión despertado a los dos lados de la muga dejan claro que algo está cambiando y que una gran parte de los independentistas vascos han decidido aparcar los reproches mutuos sobre el pasado para mirar juntos hacia el futuro. Ese encuentro entre abertzales se produce, además, de forma más natural de lo que se podía pensar hace unos años. Así, el Aberri Eguna volvió ayer a aparecer como un día de los vascos y no como las fiestas de varios partidos.

De modo marcadamente tendencioso, muchos medios y los dirigentes políticos de PSOE y PP prefirieron desplazar la atención hacia el acto del PNV, evidentemente menos noticioso por poco novedoso y objetivamente con mucha menos participación. Pero cualquiera que se acercara ayer a Irun y Hendaia o lea hoy las informaciones sobre ese acto entenderá que el Aberri Eguna convocado por Independentistak define una nueva era. La era del proceso democrático, en la que la movilización ciudadana tiene mucho que decir, y en la que los vascos tienen mucho por ganar.

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