GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

ABERRI EGUNA

Uno más uno se hicieron tres en el puente de Santiago

Fuera de esta unidad de acción va a hacer mucho frío para todo aquel que se declare independentista, o simplemente abertzale. El tsunami se eleva, y con él crecerá otro por el derecho a decidir, porque sin él la independencia es sólo un sueño.

Ramón SOLA

Los independentistas vascos hicieron un pequeño gran milagro a mediodía de ayer en el puente de Santiago. La llegada al Aberri Eguna no había sido fácil, por los controles policiales. La salida de Irun resultó desangelada, con una fenomenal galerna que traía agua y viento a partes iguales y obligaba a la gente a refugiarse en soportales y bares. Cuando por fin amainó un poco, la marcha fue cogiendo cuerpo y fuerza con todos los abertzales que esperaban en las aceras del paseo Colón, y hasta salió el sol. Era una riada humana que se lanzó cuesta abajo a buen ritmo, en busca de quienes venían de Hendaia. Y al llegar al puente se produjo la gran sorpresa: desde el norte del Bidasoa venían también varios miles, a simple vista tantos como los que habían partido de Irun.

El de Santiago fue esta vez más puente que nunca. Y no sólo de gentes, sino también de edades, de ideas, de trayectorias políticas, de historias personales. Entre el colapso humano, para la organización de la marcha no fue nada fácil ensamblar las dos pancartas y lograr que quienes venían de Irun trazaran una ciaboga y volvieran sobre sus pasos, hacia el recinto de Ficoba. Pero cuando se logró la simbiosis, quedó claro que aquél era un grupo muy potente, con una dimensión imposible de cuantificar en tan corto recorrido, ya que la calzada quedó desbordada y muchos marcharon por las aceras.

En este caso, uno más uno no habían sido dos, sino tres. La imagen, arrolladora, fue una magnífica metáfora de lo que la suma de fuerzas puede conseguir. Fuera de esta unión de fuerzas independentista va a hacer mucho frío: lo prueba el apoyo a última hora de Aralar, que recuerda al modo en que el PNV decidió sumarse en octubre a la manifestación de Donostia contra los encarcelamientos de Arnaldo Otegi y sus compañeros. La izquierda abertzale ha echado a andar, ese paso decidido ha encontrado ya compañeros de viaje, y en el futuro serán más. El tsunami independentista se va elevando. Y con él crecerá otra marea por el derecho a decidir, porque sin él la independencia no deja de ser un sueño imposible. Uno más uno, tres. Dos más dos, cinco. Es hora de sumas que son multiplicaciones. De mayorías populares. De puentes.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo