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Las aspiraciones de la revuelta de 1916, asignatura pendiente hoy en Irlanda

Noventa y cuatro años después, la Declaración de Pascua de los revolucionarios irlandeses sigue siendo la clave de las aspiraciones republicanas y, para Sinn Féin, la clave para una sociedad más justa y equitativa, por la que lucharon los independentistas irlandeses.
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Soledad GALIANA |

Irlanda conmemora este domingo de Pascua 94 años desde el levantamiento que marcó el principio del fin de la colonización británica en los 26 condados que conforman la República irlandesa. Los líderes de la revuelta fueron en su mayoría fusilados, pero el contenido de su proclamación republicana sigue siendo no sólo la guía, sino la aspiración para muchos ciudadanos irlandeses, y especialmente para el movimiento republicano, que considera que el texto elaborado por James Connolly y Padraig Pearse, entre otros, es el baremo con el que debe medirse la evolución política en la isla.

Como parte de las tradicionales conmemoraciones republicanas, Sinn Féin sale a la calle en homenaje a aquellos que murieron por la libertad de Irlanda.

Este año el presidente de Sinn Féin, Gerry Adams, marchó con sus convecinos de Belfast hasta el cementerio de Milltown, en el que se encuentran enterrados héroes republicanos contemporáneos tales como Joe Cahill o Bobby Sands, mientras que el diputado de Sinn Féin en la Asamblea de Belfast, Gerry Kelly, fue el encargado de dirigirse a los republicanos congregados frente a la Oficina Central de Correos (GPO), en pleno centro de Dublín, y que en 1916 fue el cuartel general del levantamiento. En Belfast, Adams recordó las conexiones de la ciudad con los históricos movimientos revolucionarios irlandeses, para a continuación recordar los nombre de algunos de los voluntarios del IRA que perdieron su vida durante los treinta años de conflicto armado con las tropas británicas, «que no son sólo héroes y heroínas, sino nuestros amigos, nuestros colegas, nuestros vecinos y nuestros familiares», y a los que el presidente de Sinn Féin agradeció su determinación por «conseguir el cambio, acabar con la presencia británica en Irlanda y construir una república en la que sus ciudadanos sean tratados justamente», un objetivo que Adams considera que «no se ha conseguido», ya que a la aún existente división de Irlanda hay que añadir el impacto de la crisis económica, con casi medio millón de parados en un población de cinco millones.

Tanto Adams como Kelly atacaron al Gobierno de Dublín por sus políticas que favorecen y protegen los intereses de la banca y los constructores especuladores por encima de los de los cuidadanos y trabajadores, que se ven obligados a pagar de su bolsillo -por medio de crecientes impuestos- y en la calidad de las prestaciones -con el recorte de los servicios públicos- por las prácticas corruptas del sistema financiero.

Adams y Kelly apuntaron que la solución para estos problemas se encuentra en la política republicana que fomenta «igualdad, respeto y dignidad».

Así mismo, Adams atacó a los medios de comunicación por sus continuas acusaciones contra él, argumentando que no está dispuesto a romper «el vínculo de lealtad y camaradería» con aquellos que les ayudaron en el pasado para satisfacer las «demandas de elementos antirrepublicanos en los medios».

Por su parte, Kelly advirtió a los disidentes republicanos -que han nombrado a Gerry Adams como uno de sus objetivos militares y ayer plantaron un coche bomba en Crossmaglen, en el condado de Armagh- que «no se puede volver atrás», y les acusó de utilizar la excusa política para «beneficio personal» y así crear una justificación para la persistencia de la presencia de los «segurocratas» británicos en Irlanda.

Campaña mediática contra Gerry Adams y Sinn Féin

Gerry Adams se refirió a los ataques de los medios, que considera parte de una campaña para desacreditar al partido. Primero le acusaron de no haber actuado con celeridad cuando fue informado de un supuesto delito de pederastia por parte de su hermano Liam, extremo desmentido por el presidente de Sinn Féin.

Ahora, es la publicación de una entrevista con el fallecido republicano Brendan Hugues, en la que se acusa a Adams de haber ordenado la muerte y desaparición de informadores británicos a pesar de que el presidente de Sinn Féin afirma que nunca participó en estos hechos. GARA

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«Estoy orgulloso del IRA y de mi asociación con él. No soy un militarista, nunca lo he sido, pero sin el IRA los nacionalistas de este Estado seguirían de rodillas», destacó Gerry Adams, presidente de Sinn Féin.

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