Padres y madres de la llamada «zona no vascófona» dieron un nuevo paso en la demanda de oficialidad del euskara en toda Nafarroa con una gran fiesta ayer en Artaxoa, en la que se reunieron muchos cientos de euskaltzales de las localidades cercanas. El objetivo era reiterar la idea de que quienes viven en esta parte de Nafarroa se encuentran discriminados al no existir oferta pública de modelo D en sus pueblos, y que además deben costearse el transporte para enviar a sus hijos a localidades en que esto sí es posible, como Gares.

Al igual que ocurrió con la manifestación celebrada en Iruñea hace tres semanas, la convocatoria tuvo una respuesta muy importante, y el día estuvo animado. Las localidades de Artaxoa y Mendigorria se volcaron especialmente con esta demanda. La jornada estaba convocada por Sortzen-Ikasbatuaz en colaboración con la asociación Biderra y de los dos ayuntamientos mencionados.

«En pleno 2010, hoy es el día en el que resulta imposible recibir una educación pública de calidad en euskara en múltiples pueblos y barrios de Euskal Herria», denunciaron los convocantes. La celebración tuvo lugar en torno al lema «No a la zonificación, oficialidad en Artajona, Mendigorria y toda Euskal Herria».

Desde el ámbito político, la celebración contaba con el respaldo de los partidos de Nafarroa Bai, la izquierda abertzale o IUN; y desde el espacio sindical se sumaron ELA, LAB, STEE-EILAS y EHNE. Pero se movilizaron sobre todo colectivos y vecinos de la zona, que subrayaban la discriminación que supone no poder acceder al modelo D en estas zonas y añadían además que sí es posible hacerlo en una localidad que se encuentra en «zona no vascófona»: Noain.

«Casteller» incluido

Las actividades se extendieron a lo largo de todo el día, desde primera hora de la mañana. Una txistorrada calentó los ánimos ya para las 11.00, y poco después la plaza de Artaxoa se llenó para contemplar el espectáculo poco habitual en Euskal Herria: un casteller llegado desde la Universidad de Lleida.

Durante toda la mañana hubo también música de todo tipo, gigantes y cabezudos, dantzaris y payasos, antes de dar paso a una comida popular. Por la tarde continuaron las actividades festivas, y a las 19.00 muchos de los participantes echaron también una mano en las tareas de limpieza, para que Artaxoa recuperara la normalidad.

La fiesta sirvió también para recolectar fondos que ayuden a las familias de Artaxoa y Mendigorria a sufragar los gastos que les supone enviar a sus hijos a aprender en euskara.