El presidente del Partido Comunista Unificado de Nepal (PCUN, maoísta), Pushpa Kamal Dahal, anunció ayer un ultimátum para que el Gobierno satisfaga sus demandas, que motivaron una huelga general indefinida que ha durado desde el pasado domingo hasta el viernes.

En ese sentido, Pushpa Kamal Dahal aseguró a los medios de comunicación que la huelga, que paralizó el país durante seis días, ha sido únicamente un «trailer» de lo que puede ocurrir si se ven obligados a incrementar las protestas.

Los maoístas exigen avances para la aprobación de una nueva Constitución, la creación de un gobierno de unidad nacional encabezado por ellos mismos, la fuerza más votada en las elecciones a la Asamblea Constituyente celebradas el 10 de abril de 2008, y la aplicación de los acuerdos de paz que deberían desembocar en la integración de los guerrilleros maoístas en el Ejército.

El líder maoísta apuntó que su partido esperaría dos días a la respuesta del Gobierno. Mientras, prosiguió, continuarán las manifestaciones y posteriormente, si no hay respuesta positiva, podría incrementar el nivel de las protestas.

Dahal aprovechó además para acusar al Gobierno, encabezado por el Partido Comunista de Nepal-Unificado Marxista-Leninista (PCN-UML) y por el Partido del Congreso Nepalí, de intentar fomentar la violencia durante las protestas. «Ahora la pelota está en su tejado», les advirtió Dahal.

En un duro discurso, el líder maoísta arremetió contra los medios de comunicación nepalíes, «controlados por la élite de Katmandú», por no informar imparcialmente de las protestas de la pasada semana.