Sean Kelly, Robert Millar, Stephen Roche, Chris Boardman... En el panorama ciclista nunca ha faltado un nombre anglosajón, aunque en las islas siempre han parecido estar más interesados por la pista que por la carretera. Algo que empieza a cambiar.

La manera en la que Londres acogió el Tour hace tres años dio buena muestra de que no sólo los velódromos encandilan a los británicos, que han encontrado a su nuevo ídolo en Bradley Wiggins. Tanto, que hasta han hecho un equipo a su alrededor.

El magnate de la comunicación Rupert Murdoch decidió lanzarse al ciclismo y, previo pago de la preceptiva cláusula de rescisión al Garmin, coronó a Wiggins como líder del Team Sky, donde le acompañan viejos amigos como Steven Cummings.

Ambos crecieron en el equipo británico de pista, el terreno donde se forjó el corredor nacido en Gante (Flandes), aunque londinense de adopción. Allí consiguió sus, hasta ahora, mayores éxitos: seis medallas olímpicas, incluyendo tres de oro, en Sidney, Atenas y Beijing y cinco Campeonatos del mundo.

Tuvo que ir al continente para probar suerte en la carretera. Lo hizo de la mano de la Française des Jeux, con la que logró una etapa en el Tour del Porvenir el año de su debut. Crédit Agricole, Cofidis, Columbia... Wiggins siguió probando, casi a equipo por año, pero la dedicación a la pista limitaba sus posibilidades de éxito en la ruta.

Pero en 2008 «vi a Christian Vandevelde acabar quinto en el Tour y eso me convenció». Un año después había perdido seis kilos -mide 1'90 y en forma apenas pesa 70 kilos- y la apuesta le salió bien; no perdió potencia contra el crono y sí problemas a la hora de subir. El premio se tradujo en la cuarta plaza del pasado Tour.

Una transformación de la pista a la ruta de la que el propio Bradley Wiggins, curiosamente, reniega en cierta manera. «La gente no se da cuenta de que, en realidad, llevo diez años corriendo en carretera. No es como si fuera Chris Hoy y tuviera que perder treinta kilos. Pero es una buena historia, la «Transición Wiggins» es una de esas historias que a la gente le gusta oír. A ver si el próximo capítulo es el mejor de todos».