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Nietos de Villa, Zapata y Sandino reclaman un cambio democrático en Euskal Herria

El Museo de Simón Bolívar, en la localidad de Ziortza-Bolibar, fue escenario ayer de un acto lleno de simbolismo, en el que descendientes directos de los revolucionarios Pancho Villa, Emiliano Zapata y Augusto César Sandino reivindicaron «un cambio democrático que tenga como principio básico la justicia social» y enviaron, arropados por militantes históricos de la izquierda abertzale, «un saludo fraterno al pueblo vasco» y un reconocimiento a su lucha.

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Agustín GOIKOETXEA

La localidad natal de Simón Bolívar, considerado en muchos países latinoamericanos como «el gran libertador», acogió ayer un acto sencillo pero a la vez lleno de simbolismo. Tomás Villa Córdoba e Isaías Manuel Manrique Zapata, nietos de los revolucionarios mexicanos Pancho Villa y Emiliano Zapata, junto con Walter Castillo Sandino, descendiente de Augusto César Sandino, acudieron al museo erigido en Ziortza-Bolibar en honor al caudillo de la independencia sudamericana en compañía de militantes de la izquierda abertzale como Tasio Erkizia, Txomin Ziluaga, Edurne Brouard, Karmel Etxebarria e Izaskun Larreategi para mostrar su simpatía hacia la causa emancipadora de la mayoría social de Euskal Herria y reivindicar un cambio democrático para el país.

Erkizia fue el encargado de explicar el motivo de la comparecencia y dar la bienvenida a los familiares de quienes ocupan un lugar destacado en la historia. «Es un honor para Euskal Herria contar con los descendientes directos de hombres luchadores, de hombres que han hecho historia, y que han hermanado a los pobres en la lucha por la liberación, tanto nacional como social», subrayó.

El militante independentista recordó las raíces vascas de Bolívar y su esfuerzo para que buena parte de América rompiera el yugo español. Pero no dejó ahí Tasio Erkizia la relación entre Euskal Herria y aquellos pueblos, incidiendo en el asilo ofrecido a una importante colonia vasca que huía de las consecuencias de la contienda de 1936 y la victoria franquista. «Ha habido una colaboración mutua en muchos momentos, por ejemplo en el País Vasco, después de la guerra de 1936 huyeron a esos pueblos y fueron recibidos como hermanos en la construcción de su futuro».

A continuación, incidió en que Euskal Herria se encuentra a las puertas del que puede ser otro momento histórico, «un momento crucial -apuntó Erkizia-, muy importante, donde queremos impulsar un proceso democrático en el que por vías políticas podamos conseguir que sean respetados todos los derechos de este pueblo; todos los derechos individuales y colectivos, como el derecho a construir su futuro en total libertad».

De ahí que no ocultara su agradecimiento por el gesto de los nietos de Villa, Zapata y Sandino. «Nos agrada vuestra solidaridad y vuestro deseo de que este pueblo encuentre su camino en un Proceso Democrático lleno de dificultades pero lleno de esperanza«, confesó.

Tras la presentación cargada de mensaje político, tomó la palabra Marbelly Castillo, esposa de Walter Castillo Sandino, para dar lectura a un breve pero sentido mensaje de los descendientes de los revolucionarios americanos desde «la bendita tierra de la descendencia del gran libertador Simón Bolívar» al mundo. En él, declararon la obligación de perseguir «la unidad y fraternidad entre todos los pueblos del mundo».

En segundo lugar, manifestaron «que se hace necesario a la humanidad toda, exigirse un cambio democrático que tenga como principio básico la justicia social», también a Euskal Herria como parte de esa humanidad.

Luchar por la justicia

En la misma línea argumental, los nietos de Villa, Zapata y Sandino proclamaron en el documento que «en este mundo, lleno de injusticia, odio, hambre y guerra, nuestros abuelos vertieron su sangre y sus afanes para transformar a sus pueblos en territorios donde el amor, la paz, la justicia y el pan fueran a la humanidad lo que al pez el agua». Tampoco se olvidaron de lanzar «un saludo fraterno al pueblo vasco, con el reconocimiento de su lucha y su trayectoria histórica».

Tras los pertinentes vivas a los tres revolucionarios y al pueblo vasco dieron por concluido el acto, del que Tasio Erkizia resaltó más tarde su gran simbolismo, a pesar de su sencillez. «Ha sido una muestra de solidaridad internacional hacia el proceso que se impulsa en Euskal Herria para buscar un cambio democrático, sin obviar -señaló el veterano independentista- de que lo hacen junto con militantes de la izquierda abertzale».

«La historia, representada por los familiares de estas figuras revolucionarias en América, se une con el presente, con la causa que pretende llegar al camino sin vuelta para que una verdadera democracia se asiente en Euskal Herria», añadió Erkizia. Además, reiteró la importancia de los lazos que siempre han mantenido México y Euskal Herria, en referencia a la presencia de los descendientes de Villa y Emiliano Zapata «también en estos momentos claves en los que se vislumbra que el cambio es posible también aquí».

Izquierda abertzale

Veteranos militantes de la izquierda abertzale como Tasio Erkizia, Txomin Ziluaga, Karmelo Etxebarria, Edurne Brouard e Izaskun Larreategi arroparon a los descendientes de Villa, Zapata y Sandino.

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