CRÓNICA Escuela pública vasca
La fiesta anual de Sortzen-Ikasbatuaz dejó muy pequeño el recinto de Trinitarios
El recinto de Trinitarios resultó totalmente insuficiente, la comida y las bebidas se agotaron y la gente no encontró sombras en una jornada en que el sol calentó más que en ninguna otra edición. Aun así, los organizadores de la fiesta a favor de un sistema educativo propio valoraron de forma muy positiva la multitudinaria participación. Según sus estimaciones, unas 30.000 personas pasaron a lo largo del día por el recinto festivo.
Iñaki VIGOR
La asistencia a la gran fiesta nacional de Sortzen-Ikasbatuaz en Iruñea fue similar a la del año pasado, según los datos aportados por los organizadores a media tarde de ayer. Su valoración ante la masiva respuesta de la gente fue muy positiva. De hecho, se terminó toda la comida que habían previsto en los diversos puestos y tuvieron que pedir repuestos de bebida en dos ocasiones.
Pero la valoración del espacio en que se tuvo que desarrollar esta decimoquinta edición fue totalmente negativa. «Este recinto no es en absoluto adecuado para una fiesta de estas características. Se levanta polvo, hay piedras y las silletas de los bebés tienen muchas dificultades para desplazarse, porque el piso es muy irregular y resulta muy incómodo moverse». Ésta era la valoración que, en nombre de Sortzen-Ikasbatuaz, hacía Nestor Salaberria a las 18.30, después de ocho horas continuadas al pie del cañón.
A esas horas, cuando el Sol ya calentaba menos, muchas personas que habían salido del recinto festivo para buscar el frescor de la orilla del río Arga regresaban de nuevo a los puestos de bebidas distribuidos por Trinitarios. Ninguna persona se cayó al río, pero la Cruz Roja tuvo que atender varios casos de lipotimias y de caídas provocadas por el piso irregular, y también hubo algunos cortes con las piedras. «Hay que tener en cuenta que acuden personas de todas las edades y que algunas tienen dificultades para moverse por aquí», añadía Nestor Salaberria.
Dentro de lo malo, otros veían el lado positivo y comentaban que más valía que no había llovido, porque en ese caso el recinto se habría formado un gran barrizal.
Tanto los cientos de voluntarios que colaboraron en la organización como los miles y miles de personas que acudieron a la fiesta de Sortzen-Ikasbatuaz echaron en falta la sombra del parque de la Taconera, los espacios amplios y separados y también la mejor pavimentación del recinto que ha acogido las ediciones anteriores.
Nestor Salaberria confiaba en poder regresar a la Taconera en futuras ediciones. En este sentido, recordó que, en una reunión que mantuvieron con la concejal de Protección Ciudadana, ésta se comprometió por escrito a que el próximo año puedan realizar la fiesta de nuevo en el citado parque.
En cualquier caso, agradeció la labor de todas las personas que colaboraron en la organización y también a los miles de asistentes, a quienes animó a que sigan trabajando «día a día» en favor de un sistema educativo propio para Euskal Herria.
Homenaje a Arbizu
El acto de apertura de la fiesta se realizó a las 10.45 con el canto de «Euskal Herrian euskaraz», la canción de Oskorri que tanta polémica levantó hace unos días en una Apyma de Lizarra por la letra de Xabier Amuriza. Para entonces, grupos de trikitixas, los ioaldunak txikis de Zizur Nagusia y la mascota de este año, la sorgiña «Erreñi» montada en su escoba, ya habían comenzado a animar la fiesta.
Abel Barriola se encargó a continuación de dar lectura a un pregón muy esperanzador. El gran pelotari leitzarra constató que, «por encima de todas las trabas», el euskara y la escuela pública vasca se van expandiendo cada vez más.
Seguidamente, los representantes del instituto Erreniega de Zizur Nagusia pasaron el testigo a los de la escuela Ermitaberri de Burlata, que se encargarán de organizar la próxima edición.
Como en años anteriores, también ayer hubo homenajes. En esta ocasión se reconoció la labor realizada por Arbizu, un pueblo que siempre ha sido euskaldun, que en la dictadura franquista ayudó a crear ikastolas y que en la década de los 80 implantó el modelo en euskara en la escuela pública. Una vecina del pueblo recogió una pequeña imagen que representa ese reconocimiento.
El acto de apertura concluyó con un aurresku de honor y el lanzamiento de diez cohetes a cargo de representantes de los centros educativos que en estos últimos diez años se han encargado de organizar la fiesta en favor de la nueva escuela pública vasca, ya que las cinco primeras ediciones fueron organizadas por los propios integrantes de Sortzen-Ikasbatuaz.
A lo largo de toda la jornada hubo actividades festivas, pensadas sobre todo para los más txikis y para los jóvenes, que disfrutaron de juegos, dantzas, talleres, charangas, batukadas, herri kirola y conciertos.