La transferencia de conocimiento desde los centros tecnológicos a la industria de la máquina-herramienta es esencial para avanzar en competitividad.

Un recorrido por tres importantes centros tecnológicos que se ubican en la 26 edición de la Bienal de Máquina-Herramienta, que organiza el BEC y la Asociación de Fabricantes de Máquinas-herramienta (AFM), pone en valor esa necesidad. Tekniker (Ik4), Fatronik (Tecnalia) e Ideko (IK4) manifiestan que la crisis está actuando de manera distinta entre las empresas, pero todas confirman que es necesario no descuidar los avances porque «son los que nos aportarán diferencia, competitividad y soluciones», dijo Itziar Cenoz, directora de marketing de Tekniker.

Con orgullo, la responsable de Tekniker explica que las aplicaciones en el área del electromagnetismo tienen interés. Se aplica a cabezales de rectificado «que levita, sin contacto con la máquina, no tiene rozamiento y supone una mejora importante». La compañía Danobat aplica con éxito ese desarrollo de Tekniker. «Hemos traído otra aplicación como es el volante de inercia, para actividades energéticas. Acumula energía cinética, por ejemplo la frenada de un tren, y, cuando se demanda esa energía, la suelta». Es un prototipo todavía, pero «ya se hacen pruebas en edificios y empresas que tienen que mantener la tensión energética estable». Tekniker expone un juego de ecodiseño «para ahorrar en mante- nimiento y energía». Según Cenoz, «el coste de estos sistemas supone el 6% del PIB. Es un impacto importante y, en cambio, el ahorro es fácil de aplicar». Y muestra sistemas de medición en tres dimensiones y sistemas de «fotogrametría».

Nerea Aranguren, directora de Innovación del centro tecnológico Ideko, de Elgoibar, destaca que «estamos especializados en tecnologías de fabricación. Tenemos ocho líneas de trabajo, pero hemos traído prototipos de microtecnología y microprecisión», aplicables a las máquinas-herramientas.

Aranguren destaca que «estamos teniendo éxito, porque el stand está lleno». Ideko ofrece una microfresadora, que es una máquina de arranque de viruta, «que llega a hacer agujas de cincuenta micras. Un solo pelo -afirma¯tiene un diámetro de cien micras, el doble de lo que puede hacer nuestra máquina». Se utiliza para agujas para parches transdérmicos «para poner medicamentos a través de la piel» y admite que «hemos llegado a realizar agujeros de 50 nanómetros, que es una milésima de una micra. No son visibles al ojo humano». También presentan una máquina de ultraprecisión para mecanizado láser «con haz pulsado de picosegundos. Posiciona una potencia muy alta de una fuente láser en un picosegundo, es decir mucha potencia en muy poco tiempo y en una zona de trabajo muy pequeña. Conseguimos que el material, metálico o cerámico se convierta en gas», explicó Aranguren.

Estas aplicaciones «en sus partes móviles» se articulan en «cámaras de aire, que ofrecen mucha precisión». Además, se puede desarrollar en máquinas grandes «de Soraluze o Zayer», precisó Nerea Aranguren, aunque en su microdimensión están enfocadas al sector médico a la microfluídrica, automoción, óptica, pantallas plana y reflexión de luces ópticas.