Jorge Nagore 2010/6/3
Comando
Diario de Noticias
Hará ya casi un mes o más que habita entre nosotros el Comando Acordeón. Son cuatro, creo, ya que en cuanto oigo sonar ese trasto del infierno se me nubla la vista y pierdo pie. Yo contra los espectáculos callejeros no tengo nada, ni muchísimo menos contra la mendicidad de la clase que sea, siempre y cuando la protagonicen personas adultas, ya sean nacionales, comunitarias, extranjeras o trabajen en un banco o caja. Bastante trago tiene que ser pedir. Pero a los elementos que aprendieron a tocar el acordeón mientras venían a Pamplona en tren y que tocan única y exclusivamente tres canciones -Bésame Mucho, Clavelitos y Los Pajaritos- perfectamente les metía un Consejo de Guerra o en su defecto los enviaba debajo del portal de la alcaldesa, para que se alegrasen la vida mutuamente. Una mañana le cronometré al que se aposta con su arma en la esquina de San Nicolás con San Miguel: estuvo 43 minutos de reloj -esto es verdad, lo juro por Richard Manuel- alargando el Bésame Mucho. Lo que no llego a entender es cómo los de la tienda de vinos y licores de la esquina no salieron en masa a la acera a hacerse el harakiri con una botella de Las Cadenas. (...) el asunto empieza a ser francamente alarmante, ya que son infinitamente más pelmas que un pleno de Parlamento o que José Luis Úriz solidarizándose con todo lo que se mueve (no es nada personal, José Luis). No sé, mal apaño le veo, sinceramente. (...)