Ares y los sicofantes
El sicofante, en la Grecia antigua, era un delator profesional que se lucraba denunciando a sus vecinos. Fueron sicofantes, por ejemplo, los que acusaron a Sócrates de no creer en los dioses del Olimpo, delito que le costó la pena de muerte por ingestión de cicuta al padre de la filosofía griega. Arzuaga recurre a este capítulo histórico para desnudar las intenciones del consejero de Interior, Rodolfo Ares, al crear una página web y un teléfono destinados a recoger delaciones anónimas. Con ellos pretende convertir a los ciudadanos en policías, prescindiendo para ello de cualquier garantía que proteja a aquellos que sufran las acusaciones bajo la impunidad que proporciona el anonimato.
Bilderberg y el TAV
Talmud y Toráh rebosan sangre
Resulta práctico ser judío sionista. Pertenecer al pueblo elegido evita intermediarios para establecer diálogo con Dios. Poder matar a los enemigos sin siquiera necesidad de confesión y con la absolución perpetua de la ONUAmetsen egarriak itota
Euskal identitatea: «eraikitzen» delako «da»
Gauza bat da gu nazio zapaldua garenez historia ere lapurtu egin digutela eta historia hori guk idatziz berreskuratu egin behar dugula. Bestea aldiz, historia hori berreskuratzeak eskubideak emango dizkigula pentsatzea
Balio ez zuena baliogabetu dute
[Jaurlaritzak] enpresei hauxe esan die: «Segi gaztelania ezartzen, ez duzue zigorrik izango- ta!». Euskaldunoi, aldiz, beste hau: «Enpresekiko harremanetan, ez duzue eskubiderik»