Hay frases que son, por propia naturaleza, aberrantes. Ésa que se inculca desde la niñez y que pretende animar a estudiar para «ser alguien en la vida», por ejemplo. El retorcimiento de la idea es perversamente ejemplar. ¿Es que acaso se es otra cosa cuando no se es alguien? ¿La identidad se esfuma en lapsos de tiempo a la espera de algo? Quizá les suene a historia lejana, a perorata del abuelo... No es así. Lo de «ser alguien» está de rabiosa actualidad. Y si usted, como yo, piensa que la propia identidad es la suma de las diferentes visiones que nos ha ofrecido el espejo del baño a lo largo de la vida, celebro decirle que ambos estamos equivocados, pero que, al menos, no somos patéticos. Hoy, para tener una identidad que ofrecer al resto de alguienes, es imprescindible aparecer. En un buscador de internet, quiero decir. Si teclea su nombre y no tiene más que un número limitado de entradas, usted no es alguien, lo que es igual a ser nadie. Pero no se preocupe. Hay remedio para todo, y este espejo que Lewis Carroll ni siquiera imaginó ofrece todas las oportunidades. Hasta la de hacerse a uno mismo una entrevista para que todo el mundo sepa que eres alguien digno de ser entrevistado. Whohub, se llama el sitio. Todo un desafío. He visto un «alguien» que emula al propio García Márquez y se recrea en ser un gran escritor, un literato de éxito. Pruebe a hacerlo usted. Acuérdese de responderse a sí mismo que lo mejor de su obra son sus lectores y sólo le restará felicitarse de haber mantenido esa charla tan interesante consigo mismo. No sé qué pasa últimamente que todos los caminos que recorro me llevan al mas lúgubre de los patetismos.