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El ascenso, al alcance de la mano

La Real acaricia el ascenso

La Real obtuvo con tres goles de Bueno la victoria que necesitaba para conseguir un ascenso a Primera que puede llegar hoy a las once de la noche si Real Unión y Cartagena ganan a Levante y Hércules o el próximo fin de semana con la visita del Celta al estadio de Anoeta.

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CÁDIZ CLUB DE FÚTBOL 1

REAL SOCIEDAD 3

Joseba ITURRIA | CÁDIZ (enviado especial)

La Real consiguió en el horno del Carranza con tres goles de Bueno, un gran partido y la ayuda del millar de espectadores que se trasladaron a Cádiz el triunfo que necesitaba para certificar el ascenso tras derrotar al calor y a un Cádiz muy inferior.

El encuentro presentaba cantidad de obstáculos para la Real. El Cádiz estaba en su mejor momento de la temporada, tenía el apoyo de la grada y estaba más acostumbrado al sol implacable y a los 30 grados con los que se disputó un partido a las seis de la tarde en pleno junio. Algo que debía estar prohibido. Además la Real llevaba desde enero sin ganar fuera y en Cádiz no había vencido nunca en su historia.

Pero si algo ha tenido la Real esta temporada es su capacidad de sufrimiento en todas las situaciones, de competir y superar las adversidades y de buscar soluciones en lugar de encontrar excusas. Además jugaba a su favor el ánimo de un millar largo de personas que se habían pasado la noche y buena parte del día en autobús para poder empujarles al triunfo. Y había que recompensarles porque hoy les espera otro tanto en un viaje de vuelta que será más corto.

Fue maravilloso ver cómo la afición se acercó hora y media antes del inicio del partido a recibir al autobús realista al grito de «que sí, joder, que vamos a ascender» y cómo le despidió cuando volvió al campo tras retirarse para agradecer su ayuda.

Partidazo desde el inicio

Pareció que el calor afectó más al Cádiz, que jugó al paso sin presionar nunca a una Real que jugó un partidazo en una demostración de que este equipo, con ocho canteranos en su once, tiene calidad y carácter para no fallar cuando hay que rematar.

Martín Lasarte presentó el mismo once que ganó al Villarreal B con la única variación de la vuelta de Carlos Martínez al lateral derecho y de Mikel González al centro de la defensa en detrimento de Mikel Labaka. El Cádiz jugó con el once previsto, con un 4-2-3-1 al moverse Ogbeche por detrás de Tristán.

Desde el principio la Real dominó el partido y pronto encontró la recompensa en el primer gol de Bueno, libre de marca, tras una falta muy bien botada por Griezmann. El tanto dio confianza a los blanquiazules, que tuvieron dos ocasiones muy buenas en los últimos minutos del primer tiempo. En la primera Mikel González cortó un balón e inició un contraataque en el que hizo la pared con Bueno y en una clara situación dentro del área remató alto. Enseguida hubo otra buena combinación en la que el balón llegó en buenas condiciones a Bueno, que realizó un mal control y luego fue objeto de un posible penalti en una acción en la que el portero le tocó, se dejó caer y fue castigado con una tarjeta.

Un 0-2 hubiera reflejado a la perfección la superioridad blanquiazul, que en ataque movió bien el balón y en defensa no concedió ninguna ocasión. El Cádiz ni inquietó en el aspecto ofensivo, con disparos lejanos que no encontraron portería y dispuso de cinco corners sin llegar a rematar ninguno de ellos.

El partido quedó sentenciado nada más iniciarse el segundo tiempo en otra buena jugada de todo el equipo en la que Griezmann volvió a estar en la fabricación y Bueno en la realización, aunque el gol debió ser anulado porque estaba en fuera de juego.

Si en la primera mitad la Real había sido muy superior, en la segunda lo fue aún más. Antes de lograr el 0-3, Bueno y Griezmann habían tenido otras dos claras oportunidades y después también la tuvo Nsue. Ni tan siquiera el tanto de Ogbeche llegó a hacer temer en ningún momento por el resultado. La Real controló el partido sin que el Cádiz creyera en ningún momento en la opción de la remontada.

Así acabó el partido y siguió la fiesta en el Carranza. En ese momento no se sabía el resultado del Betis, pero jugadores y aficionados celebraron el ascenso como si ya estuviera conseguido. Los jugadores se pasaron por el lateral en el que estaba la gente y fue maravilloso ver la alegría de un equipo y una afición que estuvo ejemplar hasta a la hora de animar a la del Cádiz, que también ovacionó a los realistas. Fue una fiesta maravillosa. Inolvidable. Histórica.

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