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Crónica | Un vuelo pendientes de la radio

El triunfo del Betis impidió una fiesta completa en el avión

El triunfo del Betis sobre el Numancia (2-0) impidió a la Real celebrar el ascenso matemático a la vuelta de Cádiz. Los jugadores fueron los que menos interés pusieron en seguir en el avión la marcha del duelo de Sevilla y daban rienda suelta al cachondeo, pero cuando llegó el primer gol bético el ambiente se enfrió.

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Joseba ITURRIA

La expedición realista estuvo pendiente en el viaje de vuelta de la radio para conocer el desarrollo del partido que jugaban Betis y Numancia, cuya segunda parte se disputaba mientras los realistas se encontraban a 10.000 metros de altura en el vuelo que les trasladaba desde Xerez a Loiu. El partido comenzaba a las 21.30 y en ese momento los jugadores estaban en pleno traslado en autobús al aeropuerto gaditano para coger el vuelo que debía despegar una hora más tarde.

Aparentemente los jugadores fueron los que menos interés ponían en conocer la marcha del resultado del partido de Sevilla. El conductor de su autobús puso la radio en el traslado desde Cádiz a Xerez y cuando llegaron al aeropuerto a las 21.45 desconectaron. Éramos los periodistas y los auxiliares los que más interés poníamos en recibir noticias de Sevilla.

Tras acabar el primer tiempo los integrantes de la expedición oficial embarcaban conocedores de que seguía el empate a cero. El ascenso podía confirmarse en pleno vuelo. Fue el vicepresidente, Mikel Ubarretxena, el que se dirigió a Lasarte para indicarle el resultado del descanso y el técnico uruguayo le pidió que le dejara tranquilo, que no quería saber nada.

Los jugadores también parecían bastante más centrados en vacilar a las dos azafatas del vuelo cuando intentaban comunicar las normas de seguridad sin poder contener la risa. Del cachondeo tampoco se libraba su entrenador, al que le cantaban: «Lasarte, saca el machete». No tenía nada que ver el ambiente con el de viaje de ida. Y estaba justificado. Si en la ida había mucha tensión y nadie hablaba, en la vuelta los jugadores no paraban de cantar y sólo cuando se conoció que Pavone marcó el primer gol del Betis bien entrada la segunda parte se enfrió el ambiente. Luego Jonathan Pereira sentenció y el silencio casi fue total, aunque la satisfacción era muy grande y por eso el buen humor volvió a surgir de los asientos de los jugadores en el aterrizaje. No estaban matemáticamente ascendidos, pero habían cumplido con su parte y es muy difícil que se den las combinaciones que dejen a la Real sin ascenso y hoy mismo pueden ser de Primera.

Celebración anticipada

Por eso hasta esos goles la Real vivió los momentos posteriores al partido de Cádiz como si hubiera subido. De hecho, la celebración comenzó cuando en el inicio del segundo tiempo los blanquiazules sentenciaron el partido. Los gestos de júbilo y de emoción fueron constantes.

Tras el partido los jugadores acudieron a saludar a sus aficionados a la tribuna en la que se encontraban repartidos y cuando se fueron al vestuario los seguidores optaron por agruparse y no abandonaron el campo hasta que los futbolistas volvieron al césped y acudieron a esa zona para agradecerles su apoyo. Cuando volvieron al vestuario a ducharse, los aficionados se concentraron donde estaba aparcado el autobús del equipo como antes del partido. Tres horas más tarde, el número de aficionados se multiplicó para esperar a que volvieran allí.

Los policías tuvieron la paciencia suficiente como para no cargar cuando el deseo de los aficionados de abrazarse con sus jugadores amenazaba con romper su cordón de seguridad. Los futbolistas salían uno por uno desde el césped e intercambiaban un agradecimiento mutuo con sus aficionados.

Fueron unas escenas muy bonitas que se repitieron en el aeropuerto, donde alrededor de un centenar de aficionados realistas se acercaron para recibir a los jugadores en Loiu. No pudieron celebrar allí el ascenso matemático, pero unos y otros se ven ya en Primera División.

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