Tras el encuentro que mantuvieron ayer la izquierda abertzale y EA en Iruñea, ambas formaciones hicieron público su compromiso para impulsar un debate acerca del modelo de cambio político y social tanto en Nafarroa como en el conjunto de Euskal Herria. Un cambio que, en sintonía con gran parte de la sociedad vasca, perciben necesario y, además, posible, y para cuyo logro es preciso el trabajo conjunto.

En los últimos meses más que nunca han abundado los mensajes sobre la necesidad de dar pasos más allá de las meras declaraciones de intenciones y recoger la nítida demanda de los independentistas de este país, de quienes propugnan otro modelo económico y social y de esa mayoría ciudadana que demanda un escenario democrático. Sin embargo, la reiteración de esa necesidad en sí no supone avance alguno. Pasado el tiempo de las declaraciones grandilocuentes que no se acompañan de compromisos firmes, es hora de dar pasos palpables. Los agentes que apuestan por un escenario democrático para Euskal Herria, entre ellos los políticos, coinciden en la necesidad de activar a la sociedad, pero han de ser conscientes de su responsabilidad a la hora de impulsar esa activación en torno al proceso democrático que demanda la mayoría de los ciudadanos vascos, así como de despejar de escollos el camino. Es de suponer que a eso se refieren la izquierda abertzale y EA al reconocer que las formaciones políticas han de estar a la altura de las circunstancias. Lo cual, a ojos de los ciudadanos, significa adquirir compromisos y dar pasos palpables.

Según afirmaron ambas formaciones, Euskal Herria atraviesa un momento de carácter histórico. El tiempo lo dirá; no obstante, la convicción de que así es debiera exigir movimientos también históricos. El de ayer puede ser un paso en la buena dirección al que, si es firme, a buen seguro seguirán más con el concurso de otros agentes. Ésa será la mejor invitación a la sociedad a participar en un proceso del cual ha de ser protagonista.