No hay edad para dejar de ser un músico creativo, como es el caso del londinense Paul Weller, que lleva desde 1976, inicio de The Jam, escribiendo y aportando discos próximos al sobresaliente o sentados sobre él.

Con The Jam, creados en el 72, escribe seis álbumes de revival mod y espíritu punk-rock espectaculares: «In the city» (1977), «This is the modern world» (1977), «All mod cons» (1978), «Setting sons» (1979), «Sound affects» (1980) y «The gift» (1982), despedida con un número uno en Gran Bretaña.

Por qué se rompe The Jam no deja de ser parte de la filosofía de la época: que no te devoren los dinosaurios ni la rutina. Diez años de historia eran mucho más de lo que pregonaba el punk, así que había que renovarse y dejar el pasado en el talón. La cuestión es que la mayoría de los predicadores regresaron tiempo después a buscar el dinero que despreciaron siendo jóvenes. Menos The Jam, que siguen impolutos y bajo las tapas duras de la historia.

Tras la voluntaria destrucción de una meta, John William Weller regresa a la escena con una nueva banda y otro propósito musical, Style Council. Más soul y más bailables, consiguen cuatro álbumes de notable calidad, aunque muchos seguidores de su etapa mod desaprueban la nueva corriente generada por el elegante Paul Weller. Los Beatles, Amen Corner, The Small Faces o The Who prácticamente han desaparecido, pero Paul posee demasiada personalidad como para dejarse llevar por lo ajeno. The Style Counsil desaparece en 1990, proyecto agotado y amortizado desde años atrás.

En 1992 debuta en solitario, y Weller consigue una discografía pétrea, incuestionable. Además de músico excepcional, el apreciado vocalista es inteligente, así que todos los pasos son relevantes. «Wake up the nation» se encuentra entre lo mejor de lo que nunca haya grabado. No es The Jam ni Style Council, no es Paul Weller y, sin embargo, suma el talento de los tres. Si lo hubiera, casi como un Dios.

«Wake up the nation» agrupa dieciséis cortes. Lo que mejor se percibe es el soul y el rock astillado. Con cada punzada brota sangre de diferente color, olor y sentimiento. Salvo un tema, quince forman parte del milagro. Ver para creer.