Dos muertos en una operación de la Policía y el Ejército en un barrio uzbeko de Osh
GARA |
Las fuerzas de seguridad de Kirguistán emprendieron ayer un operativo para capturar a quienes provocaron los enfrentamientos interétnicos de las dos últimas semanas, que generaron0 más tensión y violencia en este pequeño país pobre e inestable de Asia Central. Al menos dos personas murieron en la redada llevada a cabo en el barrio uzbeko de Nariman, a las afueras de la ciudad de Osh, donde comenzó la ola de violencia.
Estas muertes se suman a las 208 reconocidas oficialmente hasta la fecha, aunque las propias autoridades reconocen que el balance podría llegar en realidad a los 2.000 muertos y al millón de refugiados y desplazados internos.
Policías y soldados de la región de Osh, todavía bajo el estado de emergencia, iniciaron por la mañana un «operativo especial» para buscar «combatientes» que se hubieran negado a entregar sus armas, según explicó el mando militar de Osh.
Timur Kamchibekov, portavoz del Gobierno, indicó a Reuters que las fuerzas de seguridad fueron atacadas en el barrio uzbeko, donde encontraron una fuerte «resistencia armada». AFP informó de la incautación de dos granadas, munición y cócteles molotov.
Ole Solvang, de Human Rights Watch, indicó a Reuters que «el Ejército ha estado realizando registros y buscando armas. Muchas personas han sido golpeadas». «La situación es muy tensa y las autoridades deben tener mucho cuidado con el modo en que realizan los registros», previno.
Tolekan Ismailova, una activista de los derechos humanos, aseguró que, según sus datos, cuatro personas habrían muerto. Según ella, la operación fue una respuesta a la muerte de un policía kirguís la pasada semana en un asentamiento uzbeko.
«Hay muchos heridos escondidos en casa. Los jóvenes están siendo llevados a otros sitios», afirmó Ismailova, que añadió que «es inaceptable actuar así contra civiles».
La víspera, el Ejército levantó las barricadas que bloqueaban el acceso a los devastados barrios uzbekos de Osh, sin encontrar resistencia por parte de la comunidad uzbeka. Pero la tensión era palpable en la ciudad y crecía el temor a un nuevo estallido de violencia. Ayer se realizaron siete operaciones especiales en Osh, cinco en otros barrios uzbekos -incluido Nariman- y dos en distritos kirguises.
Además de los dos fallecidos, veintitrés personas fueron hospitalizadas y 19, detenidas.
Según el mando militar de Osh, en total se incautaron de dos pistolas, munición y gran cantidad de droga.