
Juanjo Basterra Periodista
Un verano de reformas para no dormirse en la playa
Este verano lo vamos a recordar durante muchos a�os, m�s bien durante nuestra vida y las diez siguientes. Los pol�ticos del Congreso espa�ol trabajar�n -es un decir, no hay que tomarlo todo al pie de la letra- para aprobar la reforma laboral. Cuando se trata de echar un capote a la patronal, est�n m�s que dispuestos y, sobre todo, quieren estar en la primera fila para desregular m�s las condiciones de trabajo, beneficiar a los empresarios con los despidos y permitir que sigan ganando m�s y m�s, mientras que quien est� doblando su espalda horas y horas en el trabajo ve recompensado su esfuerzo con un sueldo miserable.
Despu�s de la reforma laboral, Zapatero ha aprobado la reforma que permite la privatizaci�n de las cajas de ahorro. Si hasta la fecha ya estaban perdiendo su car�cter social a pasos agigantados para seguir la senda de los bancos, a pesar de sus campa�as publicitarias, a partir de este momento no habr� ninguna duda. Es otra de las reformas que Zapatero nos ha puesto encima de la mesa. Tambi�n est� la de las pensiones, sobre la que ya est�n hablando sin que se conozcan todos los extremos. En este caso, quieren elevar la edad de jubilaci�n y reducir las prestaciones de las pensiones a trav�s de diferentes m�todos. Todo esto genera el temor entre la poblaci�n y activa -�ste es el objetivo de Zapatero- que aumente la inversi�n en fondos de pensiones o entidades de previsi�n social con la disculpa de que cuando nos jubilemos no tendremos una pensi�n digna, por lo que tendremos que complementarla, primero dando de comer al sistema financiero, �se que nos ha metido en la crisis. Sin embargo, una vez m�s, ocultan que el sistema p�blico es el �nico garante de una pensi�n universal.
Si no tienen dinero, la soluci�n es f�cil: que la �lite econ�mica pague impuestos, que no lo hace. Tenemos un verano de reformas, mientras que los gobernantes de las administraciones p�blicas vascas callan ante su incompetencia para sacarnos de la crisis. Menos mal que la mayor�a de los trabajadores vascos tenemos claro que s�lo la movilizaci�n lograr� remover a esos que desde sus poltronas cierran los ojos a esta dura realidad para la mayor�a.