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Tratamiento de residuos

Canopia, el «proyecto ecológico» de Bil ta Garbi

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Arantxa MANTEROLA | BAIONA

«Canopia no es un monstruo frío», «se trata de un verdadero proyecto ecológico», «somos los primeros interesados en la transparencia»... Son algunas de las frases lanzadas por los representantes de la mancomunidad Bil ta Garbi al presentar el futuro centro de valorización de residuos urbanos que tratará los desechos de 180.000 habitantes, principalmente, de la aglomeración BAB (Baiona-Angelu-Biarritz).

En estudio desde hace varios años, el proyecto está ya muy perfilado aunque todavía no ha superado las etapas administrativas pertinentes. Alain Iriart, presidente de Bil ta Garbi, apuntando la necesidad de «anticipar las fases», sobre todo, dada la urgencia de la cuestión (en 2013 ya no podrán depositar los residuos en vertederos de Gironde y de Tarn como hacen ahora), explicó que la primera exposición pública sobre la utilidad del proyecto está prácticamente terminada. «El comisario de la exposición ya acordó su visto bueno con algunas recomendaciones y esperamos la decisión prefectoral para finales de agosto o principios de setiembre», añadió.

Para finales de año prevén abordar la segunda exposición pública, esta vez centrada en la autorización de explotación del centro. Iriart invitó con brío a participar en la misma a través de alegaciones y a «acercarse a descubrir el proyecto real», en especial, a los ciudadanos y asociaciones que han mostrado sus reticencias y desacuerdos respecto al mismo.

Los responsables de Bil ta Garbi afirmaron «comprender la desconfianza existente, máxime tras la nefasta experiencia de la incineradora de Bacheforès» y prometieron tener en cuenta las alegaciones e integrarlas en el proyecto «siempre y cuando no comprometan» su objetivo. «Un objetivo que -recordaron- se fundamenta en dos ejes: la separación de las diferentes materias y posterior reciclaje y la valorización orgánica (compost) y energética (biogas por metanización)».

No habrá olor

El presidente de Bil ta Garbi aseguró que la neutralización de los efectos nocivos para la vecindad y el entorno ha sido «una prioridad» y dio todas las garantías sobre la ausencia de olores y de ruidos. «Todos los edificios serán herméticos y la circulación de los vehículos de transporte se realizará en un patio central por el que se podrá acceder a cada uno de ellos», precisó.

Además, la totalidad de las aguas de lluvia y las generadas por la actividad del centro será reutilizada y no habrá ningún vertido en el medio natural.

El complejo Canopia constará de seis edificios: recepción de los residuos, clasificación, metanización, compostaje, selección de embalajes reciclables y espacio de recogida y traslado de los residuos voluminosos. También habrá un espacio pedagógico con un circuito de visita para el público cuyo objetivo será impulsar la concienciación sobre el tratamiento de los residuos.

Exigencias importantes

Iriart aseguró que han visitado más de 60 centros de tratamiento europeos con sistemas diferentes y, tras aprender de los defectos y debatir durante ocho meses, recogieron los elementos y condiciones que deberá comportar el polo de valorización Canopia. «Las exigencias eran tales que temíamos, incluso, que la convocatoria para la construcción quedara desierta», manifestó Patrick Listre, uno de los vicepresidentes.

De los cuatro ofertas aceptadas, finalmente, Bil ta Garbi ha optado por la del grupo Urbaser, cuya filial francesa se encargará de la construcción y también de la explotación del centro, en principio, durante los primeros cinco años.

El proyecto arquitectónico es, según los responsables de la mancomunidad que gestiona las basuras de casi todas las localidades vascas (salvo los nueve municipios de Bizi Garbia) y algunas del Bearn, acorde con la filosofía de sostenibilidad y respeto del medioambiente y estará «perfectamente integrado» en el entorno boscoso del norte de Baiona donde será construido para principios de 2013.

Se constituirá un «comité de vigilancia» para hacer el seguimiento del funcionamiento de la planta en el que participarán técnicos de Bil ta Garbi así como electos y asociaciones.

evolutivo

Una de las condiciones impuestas por Bil ta Garbi para la construcción del complejo Canopia es que sea «evolutivo» con el fin de que pueda ir adaptándose a nuevas exigencias o futuras técnicas más efectivas.

Para CADE, hay «otras soluciones mejores»

El colectivo de asociaciones de defensa del medio ambiente de Ipar Euskal Herria ha publicado en su boletín interno -»Ortzadar»- su posición contraria a la construcción del polo de valorización de Baiona. Considera que «no es la mejor solución para dar una salida a la situación actual ya que la selección de residuos en el lugar mismo donde se generan, especialmente los orgánicos, puede ponerse en marcha rápidamente sin necesidad de medios tan sofisticados y onerosos». Entre los ejemplos de sistemas que han demostrado su eficacia, cita el de la recogida puerta a puerta de Usurbil. Por tanto y dado que la alternativa técnica de Bil ta Garbi «finalmente no valoriza tanto los materiales», estima que no es un proyecto de utilidad pública. A.M.

Greenpeace hace un estudio que evidencia la «inviabilidad» de las incineradoras

«La incineración es el peor de los sistemas de gestión de residuos que existe actualmente». Así de tajante se mostró el responsable de la Campaña de Contaminación de Greenpeace, Julio Barea, después de presentar en Donostia un pormenorizado estudio en el que se demuestra el «elevado coste económico, laboral y ambiental» de las diez plantas incineradoras existentes en el Estado español.

Con los datos del informe realizado entre manos, Greenpeace reclamó ayer a la Diputación de Gipuzkoa que cese en su empeño de construir la planta incineradora de Zubieta y le ofreció más de un argumento para ello.

Desde un punto de vista económico, Barea alertó de que este tipo de obras conllevan «un desvío presupuestario que eleva significativamente el precio final», por lo que dejó entrever que la construcción de la planta superará con creces los 366 millones de euros previstos por la Diputación.

Censuró con dureza que se haga esta apuesta en contra de lo marcado por la jerarquía de gestión de la Directiva Marco de Residuos, el rechazo popular y las evidencias científicas y económicas que desaconsejan instalaciones de este tipo. Denunció además, que de construirse, en la planta de Zubieta se quemaría el 83% de los residuos guipuzcoanos. Según los datos ofrecidos por Barea, Zubieta gestionaría 215.000 de las 261.000 toneladas de residuos que se generan en Gipuzkoa al año.

La oposición de Greenpeace contra estas instalaciones no se basa en las predicciones, sino en datos objetivos, como los que se recogen en su estudio «La incineración de residuos en cifras: Análisis socio-económico de la incineración de residuos municipales en España».

Con este informe la organización ecologista pone de manifiesto la «inviabilidad» tanto socioeconómica como medioambiental de la incineración de residuos.

Barea, acompañado del que fue asesor para asuntos medioambientales del Congreso español y actualmente consultor para la implantación del sistema de recogida "puerta a puerta", Ignasi Puig, detalló que las incineradoras repercuten negativamente en las economías locales de las zonas donde se ubican. Aseguró que además de afectar a otros sectores como la ganadería, agricultura o el turismo, las alternativas a la incineración generan hasta 39 veces más empleo.

El documento también recoge las tasas pagadas por los ciudadanos y advierte de que en las poblaciones con incineradora el gasto municipal por cada vecino en concepto de recogida y limpieza es casi un 20% mayor que en las que no la tienen. El estudio apunta que este elemento también se refleja en las tasas que se cobran a los ciudadanos, que son de en torno a un 30% más elevadas que en las localidades en que no queman los residuos.

«Con estas cifras, cabe preguntarse cuáles son los verdaderos motivos para apostar por la incineración y a quién benefician», alertó Barea, a la vez que tildó de «inexplicable» la apuesta de algunos políticos guipuzcoanos por la incineradora. «Se supone que trabajan por el interés común, administrar bien los fondos públicos y velar por la salud y el medio ambiente de los ciudadanos. Sin embargo, con su apoyo a Zubieta están demostrando, en el mejor de los casos, una absoluta irresponsabilidad en estos cometidos», concluyó Barea. GARA

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