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El Tour en los Pirineos

Fedrigo repite la historia tras otro desperdicio de subida al Tourmalet

La etapa más dura del Tour permitió a Pierrick Fedrigo repetir su triunfo del año pasado y resultó decepcionante porque el Tourmalet estaba muy lejos de la meta y los favoritos lo subieron a un ritmo de entrenamiento tras un inicio espectacular en el que sufrió Samuel Sánchez.

Joseba ITURRIA | PAU

Pierrick Fedrigo dio al ciclismo francés su sexta victoria en este Tour y la segunda consecutiva al Bouygues en una etapa reina decepcionante que hizo recordar a la del año pasado. Entonces ganó en Tarbes tras subir el Aspin y el Tourmalet por delante de Pellizzotti y de un pelotón en el que entraban los sprinters. Ayer se subían cuatro puertos del nivel del Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Aubisque, y 50 corredores llegaron en el primer grupo encabezado por Hushovd.

El Tour rinde este año homenaje al Tourmalet y el puerto más emblemático de los Pirineos no se merece que los favoritos vuelvan a subirlo a ritmo de entrenamiento. Y la responsabilidad no es de los corredores, sino de los organizadores, que plantean una etapa reina en la que su cima queda a 127 kilómetros de meta y el último puerto, el Aubisque, a 61. Eso provoca que los favoritos no desgasten fuerzas en una etapa que habría resultado espectacular si se eliminan los 40 kilómetros finales.

Porque el final nada tuvo que ver con su comienzo. Desde el banderazo de salida en el inicio del Peyresourde comenzaron los ataques y se formó un grupo de mucho nivel por delante con Armstrong, Horner, Wiggins, Roche, Kreuziger, Smyzd, Sivtsov, Morabito, Barredo, Rui Costa, Gutiérrez, Moinard, Egoi, Verdugo, Capecchi, Hesjedal y Lloyd. Se quedaron Sivtsov, Moinard, Gutiérrez, Morabito y Egoi y entraron por detrás Casar, Vinokourov, Charteau y Sastre.

Cinco de los quince primeros de la general se metieron en la fuga y encendieron la alarma del pelotón. Van den Broeck, el quinto, también intentó entrar en solitario, pero fue atrapado por el pelotón y, a partir de ahí, su equipo Omega impuso un gran ritmo por medio de Aerts, que puso en serios problemas a corredores importantes como Samuel, que se quedó cortado.

Pelotón roto en el kilómetro 40

El pelotón se rompió en el ascenso del Aspin, la segunda subida puntuable. Por delante estaban los once escapados, luego sólo catorce elegidos en el primer pelotón y por detrás un grupo con Samuel y Luis Léon Sánchez. Mucho más lejos estaban Evans y Basso, que sufren el desgaste de disputar el Giro.

En el descenso se unieron los tres grupos y al comenzar el Tourmalet se marcharon una decena de corredores que formaron la fuga del día: Casar (FDJ), Armstrong y Horner (Radio Shack), Cunego (Lampre), Moreau y Plaza (Caisse), Fedrigo (Bouygues), Barredo y Van de Walle (Quick) y Konovalovas (Cervélo), que fue el único que se quedó sin opción en el Aubisque, donde los demás -Casar empalmó en el descenso- alcanzaron una ventaja de casi diez minutos sobre un pelotón que subió los dos colosos de la etapa a un ritmo suave. Sólo en la bajada equipos como Omega y Garmin trabajaron para impedir que Plaza se colara entre los diez primeros de la general. Barredo fue el más combativo de los fugados, pero fue atrapado al entrar en el kilómetro final.

La nota negativa de la jornada llegó con la ausencia de Iban Mayoz en la salida. Las pruebas radiográficas a las que fue sometido en el hospital de Vielha revelaron que sufría tras la caída de la víspera la fractura de tres costillas. Anoche seguía ingresado porque tenía un leve principio de neumonía y un pequeño hematoma en el riñón derecho. Problemas que no parecen tener gran importancia.

Ikurriñas, camisetas naranjas y pancartas reivindicativas

El único espectáculo en el Tourmalet volvió a ponerlo la afición vasca, que se concentró en el mítico puerto para transmitir al mundo su identidad y su solidaridad con sus presos políticos. En toda la ascensión, pero sobre todo en los últimos kilómetros, los vascos eran mayoría con sus camisetas naranjas, sus ikurriñas y las banderas con el lema «Euskal Presoak, Euskal Herrira». La novedad con respecto a lo habitual llegó con el reparto en la subida del Tourmalet de cartulinas con los colores de la enseña vasca y el lema de «Basque Country, Euskal Herria», y que se mostraban al paso de los corredores y de las cámaras de televisión.

El Tourmalet ha sido el lugar elegido para concentrar a los aficionados vascos porque el jueves la etapa decisiva acaba en su cima. Ayer ESAIT organizó una subida en bici desde La Mongie, hoy habrá una marcha montañera a la mañana hasta el Midi de Bigorre y a la tarde se celebrará la Euskal Jaia. Mañana se subirán los últimos once kilómetros del Tourmalet desde Barèges.

También el Tour ha organizado hoy una jornada especial en el Tourmalet para festejar el centenario desde el primer paso de la prueba por los Pirineos con Miguel Indurain como principal protagonista. El navarro encabezará a las 9.15 la subida en bicicleta al Tourmalet desde Bagneres de Bigorre de un grupo de antiguos profesionales y ciclistas locales. A las doce habrá una recepción en la cima del puerto, donde a las 12.30 se anuncia una ceremonia del Centenario en el que está prevista la presencia, entre otros, de Hinault, Indurain, Thevenet, Poulidor, Duclos Lassalle, Julio Jiménez, Arroyo o Mottet, que luego comerán en Bagneres. Joseba ITURRIA

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