Facebook suprimió ayer una segunda página de Arnaldo Otegi, un día después de haber censurado la primera cuenta a nombre del político de Elgoibar, que había llegado a tener más de 4.600 amigos o seguidores.

La página censurada ayer se creó nada más conocerse el veto, el miércoles por la tarde, y ya para primera hora de la tarde de ayer, poco antes de ser clausurada, contaba con alrededor de 1.200 de seguidores en la red y decenas de mensajes de ánimo y de aliento para Arnaldo Otegi y los responsables de gestionar la página.

Esta segunda página duró menos de 24 horas abierta al público, por lo que ofrece una media de adhesión de una persona por minuto.

Además de clausurar la página, esta vez Facebook ha borrado también de la red el perfil del dirigente independentista, que se encuentra encarcelado en Logroño.

Términos de uso

Según ha podido saber GARA, Facebook ha esgrimido como argumento para el primer cierre que la página de Otegi «viola los términos de uso» de la empresa, y detalla, en la respuesta vía e-mail a los responsables de gestionar la cuenta de Otegi, que de acuerdo con la política de Facebook «el perfil de un usuario tan sólo puede ser administrado por el titular del mismo y no terceras partes o representantes legales».

Ésa fue la escueta respuesta -a la que ha tenido acceso GARA- que Facebook ha dado a los responsables de gestionar la página de Otegi, después de que estos se pusieran en contacto con la empresa exigiendo explicaciones por el cierre.

Como alertaba GARA en su edición de ayer, pese a que Facebook es la mayor red social del mundo, con más de 500 millones de usuarios, no ofrece ningún teléfono para poder realizar las consultas o las reclamaciones. Sólo establece la opción de dirigirse a la empresa mediante e-mail, que fue el sistema empleado por los responsables de gestionar la página.

«No nos silenciarán»

Pocos minutos después de la clausura de ayer, una nueva página que reclama la libertad de Arnaldo Otegi se hacía hueco en la red social. Al igual que ocurriera con las anteriores páginas, reunió a amigos y seguidores y recogió mensajes de ánimo y de denuncia.

A las diez de la noche de ayer, cuando tan sólo llevaba cinco horas en marcha, ya eran más de 380 las adhesiones recibidas. Los mensajes también eran abundantes y en su mayoría reclamaban la libertad de expresión y denunciaban el cierre.