El preso político Mikel Karrera dio ayer por finalizada la huelga de hambre emprendida el 27 de junio para exigir el fin del aislamiento al que lo tienen sometido, tras perder 13 kilos. Abandonó la protesta después de que el iruindarra fuera trasladado ante un juez que le aseguró que en breve va a ser trasladado a una cárcel donde haya presos políticos vascos.

Durante el fin de semana les fue notificada esta decisión tanto a Maite Aranalde, que dejó la huelga de hambre, como a Mikel Karrera, que la mantuvo hasta recibir una confirmación.

En favor de los derechos de los presos políticos vascos, 32 personas se concentraron ayer en la parte vieja de Iruñea y 46 en Burlata; 85 hicieron lo propio el martes ante el Arriaga de Bilbo.