«El Ayuntamiento nos pone obstáculos para organizar las fiestas. Cada vez cuesta más», comenta Maitane Arrien, una de las componentes de la comisión de fiestas de Bilbo Zaharra. Aun así, los vecinos han organizado, con la ayuda de la gazte asanblada, un programa de festejos para todos los públicos, con piscina, kalejiras, parrillada, cucaña y muchas competiciones.

Ayer dieron comienzo a la juerga con el pregón y una kalejira, donde todos los vecinos y visitantes estuvieron invitados. Pero antes, todo el que quiso participó en el campeonato de ping-pong y en la diana. Y para celebrar bien este arranque de fiestas, muchos vecinos participaron en la comida popular en el muelle Marzana. Como aseguraron desde la comisión, la comida no es gratis pero «no queremos ganar dinero, sólo pagar lo que cuesta todo».

Uno de los grandes retos de la comisión ha sido que los responsables municipales les concediesen todos los permisos. «Y es que cada año es más difícil la organización», confiesa Arrien. Este año empezaron a pedir los permisos oportunos en febrero y hasta el miércoles pasado no se ha firmado nada por parte del Ayuntamiento.

Hoy también habrá actos para niños y mayores. Al mediodía, los más pequeños del barrio podrán saltar en los hinchables y a media tarde disfrutarán de los payasos. Después de gastar energías, padres y txikis tendrán ocasión de recuperarlas en la sardinada que se hará en el muelle Marzana. Como postre, y para bajar la comida, se ha organizado una kalejira-poteo, que amenizará la banda «Orkresta».

Como traca para la noche de hoy, los vecinos de Bilbo Zaharra bailarán en el concierto con los grupos locales Mamba Beat y Capsula. La primera de las bandas realiza una mezcla de música electrónica, funky y jazz. La segunda, conocida por sus excitantes directos, es un grupo indio que ha tocado este año en el Bilbao BBK Live.

Este barrio bilbaino, con 0.21 kilómetros cuadrados de extensión, celebrará mañana su Elkartasun Eguna y el Día del Agua.

Para esta jornada, que se prevé calurosa, se ha preparado la cucaña, el acto preferido de los vecinos. «Sólo tirarse a la ría de Bilbao es excitante», manifiesta Arrien. Los más valientes podrán subir al tronco untado de grasa a las 15.30. Todo el que se quiera apuntar, lo podrá hacer media hora antes allí mismo. Para velar por la seguridad de los participantes y de los bañistas, estarán presentes los bomberos y las ambulancias. Para llegar con fuerzas a la prueba, los residentes disfrutarán antes de una parrillada.

Los txikis también tendrán una cita con el agua por la mañana, pues habrá piscina para jugar. Y para después se ha organizado una kalejira, para que los vecinos les tiren agua.

El domingo, último día de fiestas, también habrá una comida popular, ya que las tortillas cocinadas para el concurso serán valoradas por los vecinos.