El presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció ayer la ruptura de las relaciones diplomáticas con Colombia y añadió que ha ordenado «máxima alerta» en la frontera común al afirmar que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, por su «odio a Venezuela», según indicó, pudiera optar por una acción militar en esa región.

«No nos queda, por dignidad, sino romper totalmente las relaciones diplomáticas con la hermana Colombia, y eso me produce una lágrima en el corazón. Espero que se imponga la racionalidad en la Colombia que piensa», afirmó el mandatario.

La decisión vino precedida de una «grave» acusación por parte del Gobierno colombiano, que acusó al Ejecutivo de Caracas de tener alojados en su territorio 1.500 guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), así como varios campamentos de los rebeldes. Así lo anunció el embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Alfonso Hoyos, quien presentó durante la sesión extraordinaria, fotos de la selva sacadas de supuestos ordenadores entregados por desmovilizados y mapas de Google con las coordenadas donde, según afirmaron, se encuentran los rebeldes colombianos.

Agravios

Chávez dijo que tomó la decisión de romper las relaciones después de escuchar los «agravios y las injerencias» de Hoyos, quien según el mandatario bolivariano, sigue la tradición de mentiras que Colombia ha desplegado contra Venezuela durante los últimos años.

Insistió en que confía en que el presidente electo, Juan Manuel Santos, a pesar de las diferencias ideológicas, tenga un talante más constructivo y de respeto que permita reuniones conciliadoras una vez que haya asumido el cargo, el próximo 7 de agosto.

Esas reuniones, afirmó Chávez, podrían ser inicialmente entre funcionarios o cancilleres de manera que en un plazo relativamente corto pudiesen restablecerse las relaciones, que ya estaban congeladas desde que a mediados de 2009 Colombia negociara un acuerdo militar con EEUU que firmó en octubre.

El embajador colombiano ante la OEA calificó de «errónea» la decisión del Gobierno venezolano y lamentó que no haga lo mismo con las «bandas criminales» como las FARC.

Ante la tensión desatada entre ambos países, la OEA, a través de su secretario general, José Miguel Insulza, lanzó un llamamiento a mantener la calma.