La crítica internacional se ha rendido ante «The Scret of Kells», saludada como la última maravilla de la animación artesanal por su preciosista dibujo, comparable a un trabajo de orfebrería, por cuanto se inspira en las ilustraciones medievales. A pesar de su cuidada elaboración, no deja de ser una película para todos los públicos, resultando comprensible para los más pequeños. Sus padres harán bien en llevarles a verla, puesto que de paso potenciará su sensibilidad y pasión por las artes plásticas.

Estamos ante «El nombre de la rosa» de la animación, una película extraordinaria que hace accesible al público infantil la cultura medieval, por medio de un sentido de la aventura asociado al propio conocimiento de la época. El protagonista es un niño criado entre monjes en una abadía del siglo IX, y que sueña con ser ilustrador desde que tiene la oportunidad de coincidir con el máximo representante religioso del oficio. Éste le encomendará un valioso libro, que el precoz discípulo deberá poner a salvo de las invasiones vikingas, representadas a la manera de sombras chinescas en un sentido atávico impresionante, contrastando con la plasmación de la naturaleza, que resulta mucho más abigarrada sin perder la geometría lineal.