Cuestionado por futuras expediciones, Mikel Zabalza apuntaba que tienen «la cabeza llena de pájaros», aunque no hay nada concreto. Lo que no se puede poner en duda es que tanto el navarro como sus compañeros Alberto Iñurrategi y Juan Vallejo forman un trío con los pies bien asentados sobre la tierra, una cualidad indispensable para salir bien parado a más de 8.000 metros.

Once y media de la mañana. Los tres alpinistas de la expedición Naturgas llegaron puntuales a su cita con la prensa. Tan solo han pasado dos meses, 25 de mayo concretamente, desde que anunciaron que ponían rumbo a Pakistán para llevar a cabo la conquista de las tres cimas del Broad Peak.

A su vuelta, y rodeados de una gran expectación y entusiasmo, entraron en la sala llena de periodistas y cámaras. Ataviados con la misma camiseta de la expedición, comenzaron a narrar su experiencia en este reto deportivo. Los tres se sienten «muy satisfechos» con el trabajo que han llevado a cabo desde que el pasado 2 de junio dijeran agur a Euskal Herria para hacer historia conquistando las cimas del Broad Peak por un camino no utilizado antes. Aunque sobre todo aseguraron sentirse satisfechos con el estilo alpino que han utilizado durante la ascensión.

Excesivo protagonismo

Iñurrategi fue el primero en tomar la palabra y dar gracias a toda la gente que ha mostrado su apoyo a los tres montañeros. El alpinista explicó cómo la madrugada del 18 de este mes sacó fuerzas de todo lo trabajado este año para subir en solitario a la última cima. Vallejo comentó que tanto él como Zabalza se encontraban «muy cansados y sin fuerzas» para afrontar esta última fase junto al de Aretxabaleta, antes de recordar la felicidad que sintieron cuando éste culminó la ascensión. En relación a este tema, Iñurrategi lanzó una crítica dirigida a la prensa, y afirmó que no le ha gustado la «excesiva personificación» que se ha hecho sobre su persona, puesto que era una falta de respeto hacia sus dos compañeros que también son merecedores del logro, ya que «ha sido un trabajo de grupo».

Los tres alpinistas explicaron todos los pormenores de su reto, en la que los vascos se despidieron de los porteadores en el campo base, a 4.900 metros de altitud, y comenzaron realmente su aventura al estilo alpino, sin oxígeno, cuerdas ni campos estables. Allí empezaron a ascender hacia el Pastora Peak para aclimatarse a las duras condiciones meteorológicas y a la altitud.

El día 9 de julio consiguieron hacer cima en el Pico Norte del Broad Peak, aunque tuvieron que regresar al campo base por culpa de las condiciones adversas. Permanecieron en él hasta el 15, cuando decidieron retomar la ruta que anteriormente habían abierto. El día 17 de julio ,después de 15 horas de ascenso y con nieve hasta la cintura lograron coronar el Pico Central del Broad Peak, a 8.013 metros de altura.

Al día siguiente de madrugada, Alberto decidió que se encontraba en condiciones para alcanzar la última cima, que le llevó unas seis horas desde las tres de la mañana (hora local) hasta las nueve aproximadamente. Con ello se lograba el reto que había comenzado el pasado 2 de junio.

Sobre este tema, Alberto aseguró que se habían sentido «presionados», porque si finalmente no hubiesen podido culminar la aventura «con un tercer `fracaso' hubiese sido complicado convencer a los patrocinadores para que volviesen a confiar en nosotros en otra ocasión». También comentó que asumen el logro con «naturalidad», sin seguir estadísticas.