Koenraad Van der Driessche Doctor en Geología
Iruña-Veleia: ¿Entiende más la justicia del método científico que algunos profesores de universidad?
La Diputación, que es la que debería correr con la carga de la prueba y demostrar que los grafitos son falsos, se niega sistemáticamente a llevar a cabo analítica alguna. ¿La carga de la prueba no la tiene el que acusa?Mandatariek Alleri puskatu nahi dute. Ez dio axola, Alleriko babesguneko padura, uholdeak murrizteko egotea eta bertan porlana botaz gero, uholdeak handitu egingo direla
Acabo de conocer la noticia de que el Juzgado de Instrucción nº 1 de Gasteiz, va a recurrir a pruebas analíticas para resolver el controvertido tema de los ostracas de Iruña-Veleia. Tengo que reconocer que esta esperada noticia me ha llenado de alegría porque, desde mi perspectiva como científico, creo que es la única salida viable para la cuestión. Tanto la judicial como la científica, sea cual sea su conclusión.
La Diputación de Araba dio como falsos los grafitos mediante una Orden Foral (la 444 de 2008-11-19), basada en las conclusiones sobre los informes de la Comisión. A mi juicio, el criterio de anacronismo utilizado en los informes no es una prueba que demuestre de forma contundente que los grafitos en cuestión no puedan ser auténticos y, mucho menos aún, de que sean fruto de una falsificación reciente. ¿Cómo podemos saber con exactitud lo que es posible e imposible en épocas anteriores si sólo conocemos una mínima fracción de la realidad histórica? De todas formas, en ciencias cualquier hipótesis debe confirmarse de manera independiente, sobre todo si tiene un peso trascendente.
Para mi asombro, observo que los arqueólogos de la Comisión han preferido no estudiar las piezas en cuestión, como admiten en sus informes. Así, en la introducción del informe firmado por Núñez, junto con otros miembros del Área de Arqueología de la UPV-EHU, leemos: «para la realización de este informe, se ha preferido no revisar de primera mano los materiales arqueológicos objeto de estudio». Pero, ¿quiénes son más aptos que los arqueólogos para detectar los aspectos de pátina y de adherencia en las letras?
Estos arqueólogos de la Comisión tampoco han investigado los estratos todavía existentes (en los sondeos). Tampoco se ha hecho una investigación eficaz sobre las piezas desde la arqueología científica, para detectar indicios de falsedad o de autenticidad. Sin embargo, tomando como base argumental dichos informes, la Diputación interpuso una denuncia en el Juzgado por presunto delito contra el patrimonio, sin investigar las evidencias físicas.
La parte acusada ha aportado dieciséis informes desde distintas especialidades que avalarían la posibilidad de que estemos ante material de época romana, entre ellos el mío, que aporta indicios de antigüedad aunque sea desde fotos detalladas (sin saber de qué edad).
¿Qué recurso probatorio queda a los arqueólogos de Lurmen, que han sido tan denostados por los mismos que se han beneficiado de su condena mediática y administrativa, para demostrar la autenticidad de las piezas? Yo, personalmente, desde un principio creo que en las propias piezas que muestran restos, evidencias físicas aún adheridas a sus superficies y que son analizables científicamente. Esto tenía que haber sido en mi opinión el núcleo de la investigación de la Comisión.
Es un hecho que observamos adherencias de tipo carbonático en los surcos de los grafitos de varias piezas, por ejemplo las euskéricas. La autenticidad, la antigüedad de estas adherencias se comprobará fácilmente bajo un ojo experto acompañado de analíticas y pueden ser perfectamente comparadas con las de otras piezas del yacimiento.
Por otro lado, las adherencias permitirán verificar que las piezas con inscripciones vienen de los estratos de los que dicen los excavadores, comparándolas con las adherencias de otras piezas de los mismos estratos. Y, en el caso de las piezas encontradas en los sondeos, hay que señalar que esos estratos todavía existen.
En mi opinión, la evidencia física es, por su propia naturaleza, una vía independiente, desvinculada de cualquier suposición u opinión filológica o histórica. Cualquier conclusión sobre la proveniencia de los materiales y sobre si las inscripciones son falsificaciones recientes o no, debe utilizar las evidencias físicas de los mismos y someterlas a análisis completos, independientes, concienzudos y detallados. Y estas conclusiones aportarán información significativa respecto a los argumentos de corte histórico que, por sí mismos no pueden resolver el debate.
Por tanto hemos de felicitar al Juzgado por su sabia decisión. Me hago la siguiente reflexión. ¿La decisión judicial no demostraría, claramente, que para la judicatura no ha quedado probada la supuesta falsedad defendida denodadamente por Diputación?
Por otro lado, me sorprende muchísimo el total desinterés que ha manifestado la parte acusadora para obtener tales evidencias. Alguien que está convencido de la falsedad ¿no tiene todo el interés en demostrar su absoluta razón? Las analíticas se van a realizar a petición de la parte acusada. Por el contrario, la Diputación, que es la que debería correr con la carga de la prueba y demostrar que los grafitos son falsos, se niega sistemáticamente a llevar a cabo analítica alguna. ¿La carga de la prueba no la tiene el que acusa? De hecho no deja de sorprenderme cómo la institución foral no ha dado respuesta alguna a los varios requerimientos que, desde abril, le ha enviado el juzgado para que presente un listado de piezas a analizar, como si no se quisiera llegar a la resolución del caso y a investigar debidamente las piezas.
Esperaremos ansiosamente esos resultados, conjuntamente con los más de 2.000 firmantes de la petición por parte de la plataforma SOS Iruña-Veleia.