Gari Mujika Periodista
Gestión de residuos
En la exitosa serie yanqui «Los Soprano», el jefe de la familia DiMeo, Tony Soprano, cuando le preguntan sobre su forma de ganarse la vida, siempre responde que trabaja en el negocio de la gestión de los residuos. Y supongo que más de un gerifalte giputxi piensa convertirse en su reencarnación con el pelotazo de la incineradora de Zubieta. Porque ya me dirán cómo se puede actuar contra la recogida puerta a puerta de forma tan burda y cobarde como en el trueque de cargos para alterar la Mancomunidad SanMarko, cuando su práctica evidencia el fracaso de las políticas aplicadas y sitúa en el ciudadano la responsabilidad de limpiar su propia basura.
Supongo que Vito Corleone diría aquéllo de «sólo son negocios». Pero más que el protagonista de «El Padrino», eso es lo que hacen los bancos y gobiernos más poderosos. Recientemente, el gigante financiero Banco Wachovia, que puja en Wall Street, ha sido acusado de lavar 380.000 millones de dólares provenientes de los cárteles de la droga mexicanos. Pero lo que no hace el dinero es oler. Por lo tanto, el Gobierno de Obama lo «castigará» con realizar una promesa de que no lo volverá a hacer y con un castigo irrisorio de 160 millones de dólares.
«Toda mi vida he estado luchando por no ser una marioneta movida por los hilos de los poderosos», se retrataba il capo di tutti capi, el jefe de todos los jefes, de la novela de Mario Puzzo. Pero está visto que los titiriteros tampoco entienden de bando. Detienen a espías rusos en EEUU y a la semana son cambio de moneda por un espía yanqui en manos rusas. El nuevo Napoleón Bonaparte ordena rescatar militarmente a un francés en manos de Al Qaeda y a la semana el francés ha sido ejecutado. Un soldado americano piensa que acude a Afganistán por su país y 92.000 documentos evidencian que será parte de un atrezzo criminal por y para intereses puramente económicos.
«La mejor palabra es la que no se dice», dice un proverbio siciliano, dando cuenta de una buena forma de amenazar. Pero tampoco amenaza quien quiere, sino quien puede. Azkuna emplea bien el estilo siciliano, pero me da que le iría mejor sin tanta bilbainada contra las comparsas. Y qué decir de Odón Elorza, si piensa que va a aniquilar los Porrontxos cuando ni la Policía lo hizo a base de madera. Y esto es democracia, dicen.