La liga francesa arranca cuando todavía sangran las heridas del mundial
El campeonato doméstico francés madruga, quizás lo mejor que puede ocurrir para pasar cuanto antes página tras la pésima imagen ofrecida por su selección en el Mundial. Los dos Olympique, Marsella y Lyon, parten con la vitola de principales candidatos al título.
Imanol INTZIARTE
Los equipos de la Ligue 1 francesa arrancan este fin de semana el campeonato con un doble objetivo: restaurar la imagen del fútbol francés tras el fiasco del pasado Mundial y comprobar quién es capaz de destronar al vigente campeón, el Olympique de Marsella. Al margen del fracaso que supuso la eliminación de los bleus en la primera fase de Sudáfrica, existe sobre todo una crisis moral tras la famosa disputa de Anelka con el entonces seleccionador Domenech y la posterior negativa de los jugadores a entrenarse.
La calidad del juego, las prestaciones de los conjuntos galos en competiciones europeas, el comportamiento de los jugadores y la reacción del público serán aspectos particularmente escrutados en este retorno, puesto que el fútbol tricolor necesita urgentemente recuperar su credibilidad.
Algunos dirigentes han comprendido la magnitud del desastre y de inmediato han pedido un cambio de actitud de sus jugadores. Marsella marcó el tono al tomar una medida simbólica: la prohibición de usar auriculares en público, con el objetivo de evitar esas imágenes en la que el jugador de turno ignora completamente a los aficionados que le hacen pasillo, le animan y le jalean mientras él camina indiferente. Una decisión que ha sido rápidamente imitada.
Pero, ¿qué mejor que un duelo en la cumbre para mantener el entusiasmo? Con una plantilla prácticamente sin cambios, Marsella y Lyon -OM y OL- tienen todas las cartas para ser los principales candidatos en una feroz batalla por el título.
Los marselleses, vigentes campeones, continuarán con el labortano Didier Deschamps al mando de la nave y mantienen su columna vertebral. La conexión vasca se ve reforzada con la llegada a sus filas del lateral navarro César Azpilicueta, fichado de Osasuna este verano. Retorna al equipo Leyti N'Diaye tras su paso por el Ajaccio y, por lo demás, pocas novedades.
En Lyon -dos años sin título liguero tras haber dominado con mano de hierro entre 2002 y 2008-, aspiran a recuperar el cetro. Los vigentes subcampeones, eso sí, se han marcado como primera meta lograr nuevamente un billete para la Champions, con el dulce recuerdo de su llegada hasta semifinales en la pasada campaña, cuando fueron apeados por el Bayern de Munich.
Han salido del equipo entre otros Frédéric Piquionne (West Ham), Mathieu Bodmer (PSG), Sidney Govou y Jean-Alain Boumsong (ambos al Panathinaikos), mientras que en el capítulo de llegadas destaca Jimmy Briand, delantero procedente del Rennes por el que se ha pagado unos 6 millones de euros.
El Girondins de Burdeos, campeón hace dos temporadas, presenta importantes novedades. La primera en el banquillo, puesto que Jean Tigana ocupará la vacante que deja Laurent Blanc, nuevo seleccionador francés. Los bordeleses sólo lograron ser sextos en la pasada campaña. Han sufrido la importante pérdida del delantero Marouane Chamakh, que se ha marchado al Arsenal londinense.
El PSG apuesta por la veteranía
El París Saint Germain salvó la temporada pasada gracias a su victoria en la Copa, puesto que en Liga firmó una mediocre décimotercera plaza. Sus principales refuerzos se ubican en el centro del campo. Mathieu Bodmer llega desde el Olympique de Lyon, mientras que el ex alavesista Nené militó la campaña 2009-10 en el Mónaco. En el banquillo continúa como técnico Antoine Kombouaré, que tiene bajo su mando a ilustres veteranos como el portero Coupet, el defensa Traoré, el centrocampista Makelele o los delanteros Giuly y Kezman. Los esfuerzos del club deberán asimismo encaminarse hacia la «pacificación» del Parque de Los Príncipes, estadio en el que los incidentes tocaron techo cuando una persona falleció en una pelea entre hinchas parisinos rivales.
En cuanto al resto, habrá que ver por ejemplo cómo se desenvuelven equipos como el Auxerre -tercero el año pasado- o el Montpellier -quinto-. Los primeros han perdido a Niculae, que se ha marchado al Mónaco, y quieren mantener a su goleador Jelen, muy codiciado. Dependerá de si pasan o no la previa de la Champions, a finales de agosto.
Se espera mucho del Lille, con una nueva hornada de futuribles internacionales, mientras que el Mónaco, con el labortano Stéphane Ruffier bajo los palos y que ha realizado numerosos cambios en su plantel, vuelve dispuesto a reverdecer los viejos laureles que en 2004 le llevaron hasta la final de la Champions.