Todo el barrio la conocía como Carmen Cojones, por su querencia a rematar sus frases con el exabrupto en cuestión. Solía decirse de ella que hablaba «peor que las pescateras de La Bretxa», cuando en el mercado aún no había hamburguesería con apellido escocés. Algunos cargos públicos, a quienes se presupone cierto saber estar, no tienen nada que envidiarle. Iñaki Azkuna, por ejemplo, es aficionado a la brocha gorda, aunque la que me ha hecho recordar a la vecina de mi barrio es María José Usandizaga, portavoz del PP en el Consistorio donostiarra.

La edil suele hacer gala de su agresividad verbal y prácticamente ha tenido rifirrafes de mayor o menor grosor con todo el arco político. Su último show lo protagonizó durante un reciente pleno en el que se debatían ocho nuevos nombres para el callejero de la ciudad. Poco faltó para que la expulsaran. Como muestra un botón. Una de la propuestas era la de dar el nombre de Nelson Mandela a una nueva plaza. La representante del PP basó su oposición en que el líder sudafricano aún no ha muerto e «imagínense que se le ocurre hacer una barbaridad mañana». Al margen de que, tal y como le recordaron, no es la primera vez que se dedica una calle a alguien vivo, desconozco qué barbaridades piensa Usandizaga que puede cometer Mandela a sus 92 años, salvo dejar sin paga dominical a sus bisnietos.

Quizás a la concejal lo que le preocupa es el pasado del anciano, no su futuro. Pero claro, después de que la jueza de la Audiencia Nacional Ángela Murillo escribiese en un auto que el ex dirigente de la organización armada Umkhonto we Sizwe es «un auténtico héroe que permaneció en prisión por motivos ideológicos, exclusivamente por eso, pero jamás utilizó la violencia, ni la apoyó en pos de conseguir la supresión del apartheid en Sudáfrica», cualquiera insinúa lo contrario.

Y ya puestos a homenajear a luchadores contra la opresión, el Ayuntamiento de Donostia puede echar mano para la próxima remesa de calles, plazas y puentes de una larga lista de fallecidos a manos del franquismo. No sólo entre 1936 y 1939, sino también mucho después. Y esos sí que están muertos, seguro que Usandizaga hasta lo apoya y todo.