Txema Díaz de Durana
Candidaturas ilegalizadas
Es usted una persona que dispone de todos sus derechos civiles y políticos, de todos los puntos de su carné de conducir porque es usted un conductor respetuoso con las normas, carece de antecedentes penales, paga sus impuestos puntualmente, se acuerda de todos los aniversarios, cede el asiento a las embarazadas en el tranvía, es usted lo que esta hipócrita sociedad considera un ciudadano ejemplar.
Y en eso que usted, haciendo uso de sus derechos y de la legislación en vigente, promueve una candidatura electoral a fin de conseguir una legítima representación en el parlamento de su comunidad autónoma. Y usted puede hacerlo, sin ningún obstáculo ni traba... salvo que usted sea vasco e independentista. Entonces ya no. Su candidatura será declarada ilegal. No es, ojo, que su candidatura y sus circunstancias hayan cometido una ilegalidad y en consecuencia se ilegaliza, sino que es ilegalizada y luego el Estado buscará las excusas necesarias para proceder a esa ilegalización. Por ejemplo, que alguno de los integrantes de esa candidatura fue hace un cuarto de siglo interventor en una mesa electoral en representación de un partido político entonces legal, pero que veinte años después fue ilegalizado en virtud de una ley totalmente injusta, pero vigente al fin y al cabo.
O porque a un miembro de una organización armada ilegal se le encuentra un papel en el que se dice que es necesario que los ciudadanos independentistas dispongan de una opción independentista y de izquierdas más a la hora de dar su voto en las elecciones. Y a usted, que cree que Titadine es una marca de biberones y lo más cerca que ha estado de un arma fue cuando un guardia civil le apuntó a la cabeza con su metralleta en un control de carretera, el Estado le ilegaliza la candidatura por compartir los objetivos de una organización armada ilegal. Sabido es que esa misma organización, en uno de los puntos de una famosa alternativa, era partidaria de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, por lo que, según la misma lógica del Estado, todos los sindicatos deberían ser ilegalizados ya mismo, incluido el de controladores aéreos (de la ilegalización de éste hasta yo me alegraría). Es urgente solicitar a esa organización armada ilegal que no se le ocurra hacer un llamamiento a luchar contra el hambre en el mundo, pues siendo un problema terrible, sólo faltaba que el Estado español se dedicara a perseguir a los pocos que luchan por resolverlo.
Como excusas para defender una ilegalización, no son muy buenas. Atendiendo a la primera, el Partido Popular debería ser ilegal ya mismo, plagado como está de herederos ideológicos y biológicos de los fascistas que gobernaron España y sus colonias durante cuarenta años. También eran legales entonces (a tiros, pero lo eran), y siguiendo esa lógica perversa antes aludida, no podrían presentar una candidatura electoral por culpa de ese pasado tan impresentable.
Así pues, a usted no le dejan presentar una candidatura, que es lo que ocurría en los últimos tiempos (AuB, Aukera Guztiak, candidaturas locales...). Lo cual no deja de ser una putada, pero no pasaba de ahí. Pero el Estado español, heredero biológico y en muchas cosas ideológico del régimen franquista, ha decidido ir más allá, y no sólo no le deja presentarse, sino que además lo detiene, lo tiene preso durante meses, lo libera sólo tras pagar una fianza y, de cara a un juicio en la Audiencia Nacional, heredera biológica e ideológica del Tribunal de Orden Público franquista, le pide nueve años de su vida por integración en organización armada ilegal y siete si de lo que le acusan es de colaboración. A usted, que se ha limitado a ejercer sus derechos y cumplir la legalidad vigente mediante una firma en un papel.
Ésta es la no violencia de un gobierno, y un estado, que hace unos días recibía al presidente del Gobierno genocida de Ruanda, y que mantiene excelentes relaciones diplomáticas y comerciales con el Gobierno genocida de Israel, por poner un par de ejemplos cogidos al vuelo. Ésa es la paz y la justicia que predican éstos, que encima pretenden dar lecciones de democracia y libertad a los demás. Aupa Txiki. Aupa besteak. Irabaziko dugu.