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La desunión chií eleva las posibilidades de que Allawi sustituya a Al-Maliki

Salam FARAJ (AFP) | BAGDAD

El riesgo de implosión de la alianza de partidos religiosos chiíes que gobierna en Irak desde 2005 y cuenta con el apoyo de Irán, ha aumentado las posibilidades del ex primer ministro Iyad Allawi, apoyado por los países árabes, en la carrera a ocupar el cargo de primer ministro, que todavía ostenta Nuri al-Maliki.

Su partido, el Bloque iraquí, obtuvo 91 escaños en las elecciones legislativas de marzo gracias al voto masivo a su favor en las provincias sunníes y al importante apoyo recibido en las zonas chiíes, pero las dos listas siguientes consituyeron un solo grupo parlamentario para impedirle su acceso al poder.

Frente al estancamiento político de más de cinco meses tras las elecciones, el Consejo de Seguridad de la ONU instó ayer en un comunicado a los líderes iraquíes a «formar, lo antes posible, un Gobierno representativo que refleje la voluntad del pueblo iraquí».

La Lista por un Estado de Derecho, del actual primer ministro Nuri al-Maliki, que logró 89 escaños, y los conser- vadores chiíes de la Alianza Nacional Iraquí (ANI, 70 escaños) llegaron a un acuerdo en mayo y ostentan 159 diputados, a cuatro de la mayoría absoluta parlamentaria.

Esta alianza se explica por la Constitución iraquí, que establece que el jefe de Estado debe pedir al líder del principal grupo en el Parlamento la formación del Gobierno.

En el aire

Pero ahí está el problema, ya que el primer ministro saliente, Al-Maliki, pretende mantenerse en su puesto pese al rechazo de sus aliados. Las negociaciones se han roto ya entre los «hermanos» chiíes.

«Las disputas (dentro de la coalición chií) sin duda favorecerá al Bloque Iraquí, que formalmente sigue siendo el grupo más numeroso en el Parlamento», manifestó a AFP el analista político independiente, Amir al-Saidi. Los chiíes deben esperar, de hecho, a que el Parlamento elija a su presidente para registrar su alianza.

Esta opinión es compartida por el diputado sadrista Nassar al-Rubaie. «Hemos pedido a nuestro aliado que reemplace a Al-Maliki por otro candidato capaz de formar Gobierno», señaló a AFP.

«Si la coalición (Lista por un Estado de Derecho y ANI) se desintegra, el Bloque Iraquí se convertiría en el principal grupo parlamentario y podría exigir formar el próximo gobierno», agregó el diputado Nassa al-Rubaie.

«Irán presiona para que las dos listas (chiíes) hagan concesiones a fin de establecer un Gobierno dirigido por chiíes y presidente de la misma confesión religiosa, pero sus negociaciones han acabado en disputas», manifestó Amir al-Saidi.

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