Vicenç Navarro 2010/8/19
El espejismo económico alemán
El pasado viernes los medios de información anunciaron con gran alboroto el crecimiento de la economía alemana (...). Inmediatamente, tal aumento del crecimiento se ha presentado como ejemplo de lo bien que han ido, para Alemania y para todos los países de la Eurozona, las políticas de austeridad propuestas por el gobierno de Angela Merkel.
Puesto que unos días antes, el Banco Central Estadounidense -el Federal Reserve Board- había anunciado un retroceso del crecimiento económico de Estados Unidos, resultando en una tasa de crecimiento económico menor que la nueva tasa experimentada por la economía alemana, los medios (la mayoría de sensibilidad conservadora y neoliberal) inmediatamente lanzaron las campanas al vuelo, concluyendo que la elevada tasa de crecimiento alemana mostraba la superioridad de las políticas de austeridad fiscal identificadas con el gobierno Merkel, sobre las políticas de estímulo económico, propuestas y llevadas a cabo por el gobierno Obama en EE.UU.
(...) el incremento del crecimiento económico alemán tiene poco que ver con las políticas de austeridad alemanas, pues la causa de este crecimiento se debe a otras razones, incluyendo el rápido descenso del valor del euro, que ha facilitado el aumento de las exportaciones alemanas, sobre todo a China y a EE.UU., que durante estos años de crisis han tenido mayor crecimiento económico que Alemania, consecuencia, por cierto, del estímulo económico que estos países han aplicado a sus economías. Alemania es el mayor exportador del mundo y las exportaciones (y no la demanda doméstica) son el motor de aquella economía. En realidad, los salarios (la mayor fuerza motriz de la demanda doméstica) han permanecido estancados desde hace ya muchos años en Alemania, situación que ha sido denunciada no sólo por los sindicatos y la izquierda alemana, sino también por la Ministra de Economía del gobierno Sarkozy, Christine Lagarde, pues tal estancamiento de la demanda doméstica está detrás de la falta de recuperación de la economía de la Eurozona, dado que la falta de un incremento de la demanda doméstica en Alemania explica una paralización de las importaciones alemanas de los productos producidos en los otros países de la Eurozona. (...)
Por otra parte, las enormes políticas de austeridad que se están imponiendo en los países de la Eurozona (particularmente acentuadas en los países del Sur, como España, Grecia y Portugal) son políticas impuestas, no tanto por los mercados financieros (como constantemente y erróneamente se acentúa, incluso por las izquierdas), sino por el Banco Central Europeo (próximo al Banco Central Alemán), por el Consejo Europeo (liderado por el gobierno conservador-neoliberal de la canciller alemana Merkel) y por el Fondo Monetario Internacional (portavoz del capital financiero internacional) y que tienen como objetivo primordial que aquellos países paguen a los bancos alemanes y a otros países centrales el dinero que se les debe. (...)