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Diputados independientes tienen la llave del Gobierno australiano

El color del gobierno que Australia tendrá durante los próximos tres años quedó ayer sin determinar después de que ninguno de los dos principales partidos políticos obtuviera la mayoría absoluta en las elecciones generales. Por primera vez en mucho tiempo, la llave del poder está en manos de las fuerzas minoritarias. Los laboristas se mostraban ayer seguros de que lograrán el apoyo del único parlamentario verde para retener el Ejecutivo.

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La oposición conservadora liderada por Tony Abbot echó por tierra los pronósticos que adelantaban una ajustada victoria del Partido Laborista, de la primera ministra, Julia Gillard, aunque no logró asegurarse el poder. «El Partido Laborista ha perdido su supremacía», dijo el jefe de la coalición conservadora formada por los partidos Liberal y Nacional en una festiva comparecencia ante sus seguidores en un hotel de Sidney.

Según el recuento provisional ofrecido por la televisión ABC, con el 77,8% de las papeletas escrutadas, los conservadores habían obtenido 72 escaños, por 70 de los laboristas. Los independientes obtuvieron cuatro escaños y uno el Partido Verde, que por primera vez desde su creación tendrá representación en el Parlamento, compuesto por 150 diputados. Estos resultados, de confirmarse, dejan a Australia en el limbo político, ya que ningún partido político habrá alcanzado los 76 escaños que representan la mayoría absoluta y permiten gobernar sin necesidad de recurrir a alianzas.

Por tanto, tras los comicios más reñidos de la última mitad de siglo, serán los diputados independientes y el representante de los Verdes quienes tendrán la llave para formar gobierno.

«Días de ansiedad»

A pesar de perder la mayoría parlamentaria, Gillard, la primera mujer al frente del Ejecutivo australiano, señaló que los Laboristas formarán el próximo gobierno. «Quedan por delante unos días de ansiedad, pero vamos a continuar luchando para formar el gobierno de este país», dijo a la prensa.

En un aparente gesto de aproximación, la primera ministra felicitó por igual a los cuatro candidatos independientes y al del Partido Verde que han obtenido representación parlamentaria y cuyo apoyo, probablemente, los laboristas precisarán para seguir al frente del gobierno. «En el Parlamento Federal tengo unos buenos antecedentes por trabajar de forma positiva y productiva con independientes, y con los Verdes en el Senado», apuntó Gillard.

Además, se perfila que el Partido Verde será la fuerza que decidirá a qué lado se inclina la balanza en el Senado, institución a la que la Constitución confiere notables poderes, incluido el de bloquear las leyes que el Gobierno propone al Parlamento.

La poca diferencia que arrojaron las últimas encuestas llevaron a que tanto Gillard como su contrincante, Abbot, hicieran campaña hasta el último momento. Cerca de 14 millones de australianos estaban convocados a las urnas para votar en unos comicios en los que unos 1.200 candidatos pugnaron por un escaño del Parlamento.

Por su parte, el candidato conservador indicó que iniciaría de inmediato negociaciones con los independientes para formar gobierno.

74-71

Aunque los datos definitivos no se conocerán hasta pasados varios días, los analistas predicen que los conservadores obtendrán 74 escaños, 71 los laboristas, 4 los independientes y 1 el Partido Verde.

El primer Parlamento «colgado» desde 1940

El recuento electoral estuvo marcado por la emoción, con cambios de tendencia que obligaban a rehacer los análisis y las declaraciones, para terminar en un plácido 0-0 que se resolverá desde el punto de penalty: quien atraiga a los minoritarios, se lleva el gato al agua.

Inicialmente, los sondeos a pie de urna daban una ligera ventaja a Gillard. Pero según las proyecciones de ABC, ninguno de los dos candidatos principales ganaría los 76 escaños necesarios para obtener la victoria total y la consiguiente estabilidad parlamentaria, dejando a Australia en una situación de «limbo político». Según adelantó la cadena BBC, existía una fuerte posibilidad de que se produzca el primer «Parlamento colgado» -sin una mayoría definida para gobernar sin necesidad de alianzas- desde 1940. Así pues, los independientes y el representante de los Verdes tendrán la llave para formar el próximo Gobierno

Los dos candidatos con opciones reales a gobernar el país decidieron hacer campaña hasta el último minuto por lo apretado de los sondeos. Y ambos vieron posibilidades de ganar algunos votos en lugares concretos. Visitaron distritos marginales en los estados de Queensland y Nueva Gales del Sur, de cuyos votos podría depender el resultado final. Incluso el voto por correo podría tener la última palabra. GARA

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