A las 10:30 de la mañana, la kalejira con el grupo de txistularis se encargó ayer de anunciar al pueblo de Berriozar el comienzo del día de Auzo Zaharra. La noche, sin embargo, fue larga para muchos que empalmaban el txupinazo con el día grande de la localidad.

El excesivo calor vivido el miércoles, un día más, hacía acto de presencia en el entorno, haciendo para muchos la resaca del post txupinazo, si cabe, más dura.

Pese a las altas temperaturas, las dos celebraciones más importantes de la localidad se llevaron a cabo: el baile de los mayordomos y el final del campeonato de botxas adulto; el infantil se jugó a la tarde.

A las 11.00 de la mañana y tras la misa en honor a Doneztebe, los cuatro solteros elegidos para la ocasión realizaron el baile de los mayordomos. Un danza en el que ser soltero es el único requisito que hay que cumplir para poder ser elegido.

Hoy en día ser «mayordomo» es un «honor» para un vecino de Berriozar. «No es fácil», explican desde el grupo de dantzas Txori Zuri. Hay muchos que «no han bailado en su vida» y que el día grande de las fiestas del pueblo tienen que animarse a danzar ante decenas de personas. Para ello entrenan durante todo el mes de agosto. El primer baile de los mayordomos tiene lugar el jueves tras la misa matinal delante de la iglesia. Se trata de una tradición muy arraigada entre los berriozartarras, que hoy se mantiene gracias al apoyo del grupos culturales y de danzas, como Txori Zuri.

Los «mayordomos» antiguamente fueron los verdaderos protagonistas de las fiestas. Cuatro jóvenes a los que se encargaba la organización del programa. Su baile constituye ahora una de las señas de identidad de las fiestas del pueblo. Este año, los elegidos superaron con creces el reto de baile y el calor sofocante de un día de bochorno que rozó los 40 grados. Tras «los mayordomos», bailaron los grupos de dantza Hulargi y Txori Zuri.

Después del espectáculo, se realizó la final del campeonato de botxas para los adultos.

Así, ayer en la pista situada ante la iglesia se celebró un año más y con mucha espectación la final del campeonato que se viene jugando todo el mes de agosto en el auzo zaharra.

Las «botxas» y el «botxin»

El juego de las botxas es un deporte poco conocido, pero con arraigo en pueblos de Nafarroa. El objetivo consiste en acercarse con las botxas al botxin. Las primeras son unas bolas grandes de madera y la segunda es de plomo. Se parece mucho a la petanca. En Berriozar tienen una pista de arena especial para el juego que, afortunadamente, para los jugadores se encuentra a la sombra de los árboles.

El primer equipo que logra conseguir quince puntos gana, y cuanto más cerca del botxin quedan las botxas más puntos se consiguen.

Los txikis también participan. La final de estos se celebró a las 17:00. Más tarde pudieron disfrutar de una actuación infantil en euskara, «Maren», de Yarleku, además de una chocolatada con la fanfarre Bizkargai. Ya por la noche, con el torico de fuego, los txikis despidieron la jornada.